Thursday, July 28, 2011

Incomprensibles situaciones

Está buenísimo que quienes están a cargo de la Seguridad Nacional cumplan con su trabajo, que nos cuiden a todos, que intenten adelantarse a cualquier riesgo y evitar tragedias que de eso, en este país, se sabe y mucho (desgraciadamente).
El Barcelona supone, al parecer, ¿ser un peligro contra el Presidente de la Nación y contra la Casablanca? Por eso el equipo de Pep Guardiola, ese grupo de jóvenes que el único daño que realizan se lo ejercen a los rivales en los partidos de fútbol y con una pelota, no han podido completar su entrenamiento sobre el National Mall de la hermosísima ciudad de Washington, capital de Estados Unidos.
Mientras practicaban en uno de los parques ubicados entre el Obelisco y el hogar del Presidente Barak Obama, agentes de la seguridad se acercaron, irrumpieron en el entrenamiento e “invitaron” a los blaugranas a finalizar con la tarea cotidiana. El invitaron entre comillas no es una ironía. Es una manera de intentar explicar que lo ejercieron con total tranquilidad, con el pacifismo que hay que implementar en un caso como este. Todo lo contrario, en pocas palabras, a lo que debieron padecer los hinchas uruguayos que festejaron en New York la obtención de la Copa América y que por el mero hecho de bajar desde la vereda a la calle recibían el impacto impaciente de la famosa “cachiporra”. Lo que duele ese caucho… solo los que alguna vez recibimos algún golpe de aquella arma, sabemos de qué hablamos.
Debió haber negligencia de parte de quienes supuestamente tenían la responsabilidad de solicitar autorización para estar desempeñando actividades masivas en un sector complicado, no solo de la ciudad, me animo a decir del país. Si uno pasea por el National Mall, ese rectángulo que arranca desde el Congreso y hacia el oeste va encontrando la Reflecting Pool, el Obelisco y desembocando en el Lincoln Memorial, entre las avenidas Pennsylvania     y Constitution, ve cientos y cientos de personas realizando actividad física a diario. Ocurre que nunca en grandes grupos, siempre de forma individual, a lo sumo en parejas.
Ocurren cosas que no se entienden. ¿No podrían haber actuado velozmente y darle el OK al plantel de Guardiola para cerrar una práctica ahí? Con tantos museos y vigilancia al por mayor; con un mar de personas caminando, transitando la zona minuto a minuto, ¿algún ser racional puede creer que el plantel de fútbol de un club prestigioso, con tipos que son conocidos mundialmente, pueden ser una amenaza?
Pasan barbaridades como esta… como la de hoy, como también ocurre que un puñado muy menor a un plantel de fútbol tiene la capacidad y la libertad de tomar un avión, y hasta dos (y fueron más aviones) para secuestrarlos y hacerlos chocar contra las Torres Gemelas, la historia conocida del famoso 11 de septiembre de 2001, para desatar la catástrofe en un par de minutos… Dios, de no creer.


Wednesday, July 20, 2011

América, ¿te Copa?

No me tomaron por sorpresa dos cosas de esta Copa América que se va acercando al final, al margen del bajo nivel (general) de fútbol y entendiendo lo difícil que es jugar en Sudamérica. Por las dudas, antes de seguir dándole a las teclas, les comento que en este preciso instante son las 3:45pmET, que es el miércoles 20 de julio de 2011 y que esta noche se jugará la segunda semifinal, la que protagonizarán Paraguay y Venezuela.
Ahora vuelvo y me reinserto en lo que no me sorprendió. Encaro por un costado y digo lo lamentable de la organización, entre otros temas, por el estado de varios campos de juego, con el del Estadio Único de La Plata siendo el eje de la polémica. A horas de una de las semifinales de la Copa América se puso en duda el desarrollo del Uruguay vs. Perú por las condiciones del césped. La paupérrima situación del rectángulo no hubiese tenido el OK de la organización de la Exposición Rural; lo hubieran rechazado y con razón. El ganado no camina cómodo en un suelo así.
Por el otro, la temprana salida de la selección de Argentina. Entre amigos y colegas avisé que desde mi punto de vista, los albicelestes no terminarían más arriba del quinto puesto. Anduve cerca porque en la general alcanzaron la séptima colocación. Séptimos entre DOCE. Una vergüenza que se agigante a partir de saberse anfitriones. Ya hice análisis de Argentina. También expliqué que tendrá que someterse a un giro angular de 180° para imaginar un cambio. En ese cambio deberán dejar (aquellos que lo crean) de pensar que Argentina tiene a los mejores jugadores del mundo porque es una mentira enorme. Argentina posee al sobresaliente del mundo, lo que no implica tener a los más destacados del universo del fútbol. Lio Messi es para la Argentina lo que Diego Maradona supo ser en otro momento. Diego era muy superior al resto e incluso a sus compañeros. Ocurre que quienes acompañaban a Maradona eran tipos de la talla de Bertoni, Ramón Díaz, Burruchaga, Valdano, Giusti, Enrique, entre otros… tan solo entre otros. “Pedazos” de futbolistas con la capacidad de seguirle –aunque metros detrás- el ritmo al 10. Messi es infinitamente superior al resto de sus ¿iguales? La diferencia con Maradona es que a Leo no lo rodean hombres del calibre de los mencionados con anterioridad y que construyan el fútbol suficiente como para teñirse de apoyo del ícono.
Por otro lado la Argentina padece un seleccionador veleta, que va para donde el viento le indica. Claro, digo viento y uso el término como sinónimo del jefe de la AFA. Batista, y no voy a dejar de resaltar lo siguiente hasta que demuestre la otra cara de la moneda, es un mentiroso que quiso exponernos a todos como los imbéciles de la novela. Primero avisó que su ideal era el fútbol del Barcelona para luego desmentirlo ante la incrédula mirada de toda la prensa post empate ante Bolivia. Batista mintió, también, porque ¿no dijo que Ever Banega era su Xavi? ¿Para qué lo definió así, para luego jugar con Lucas Biglia? Batista, el mentiroso, ocultó siempre el verdadero motivo de la no convocatoria de Carlos Tévez al que supuestamente no lo quería ni a diez mil kilómetros de distancia y cuando el Don le aplicó el guiño, entonces se citó al “jugador del pueblo”, al mismo Tévez que tras errar un penal le volvieron a bajar aquel inexpresivo pulgar.
Así como Argentina hace cosas mal, hay otros que también equivocaron el camino y algunos que van por el sendero correcto, el que les permite cosechar frutos frescos.
URUGUAY
Los Celestes ratificaron, en Copa América, que son los mejores de Sudamérica. El cuarto puesto en el Mundial de 2010 es seguido por la final del torneo de selecciones más antiguo del mundo. Todavía desconocemos, por obvias razones del momento de la escritura, quien se alzará con el trofeo. Más allá de que Uruguay lo atrape o no, el escalón más alto no podrán robárselo. El Maestro Tabárez está respaldado por una dirigencia coherente, que le da en bandeja todo a un orientador serio. Por un grupo que más allá de mínimos cambios mantiene una base y que esa base deja la vida por la camiseta de su selección. Uruguay cambia esquemas, los futbolistas se adaptan a todo y el resultado sigue siendo el mismo: alegría plena.
PARAGUAY
No somos testigos del mejor rostro de la Albirroja. Supo, el grupo guiado por Gerardo Martino, vivir épocas más felices, de mayor solidez, de una superioridad plantada a partir de la seguridad defensiva que le abría las compuertas a los triunfos. El sistema de campeonato en ocasiones va a favor de unos y en detrimento de otros. Los guaraníes están en semifinales sin haber ganado un solo partido de los cuatro que jugaron. Hago la aclaración de que no los ganaron en los 90 minutos reglamentarios. Ni siquiera en el alargue cuando por cuartos de final se midieron ante Brasil.
BRASIL
A propósito de la verdeamarela, Mano Menezes fue objetivo de críticas destructivas. Desde mi parecer, injustas. Es cierto que comenzó tibio pero es una característica de la mayoría de las selecciones brasileñas. Históricamente Brasil supo no exponer las cartas desde el puntapié inicial y va mejorando su ritmo conforme avanza las etapas. No mereció perder contra Paraguay porque propuso en todo momento, porque contó con las mejores y más claras ocasiones ofensivas, porque manejó la pelota y los tiempos, porque sus muchachos dieron muestras de que están forjando una base nueva… nueva pero sólida como todas las anteriores. Digamos que Brasil puede perder como lo hizo pero, a diferencia de Argentina, Brasil tiene “con qué” ilusionarse; Argentina tiene solo a Messi.
PERÚ
Es increíble como la prensa del mundo mira para los costados y recién ahora resaltan la labor de dos jugadorazos como Juan Manuel Vargas y José Paolo Guerrero.
Históricamente Perú tuvo futbolistas de excelente técnica y es cierto que en otras décadas supieron formar bloques admirables. El presente lo encaran bajo las riendas del uruguayo Sergio Markarián que plantea los partidos a partir de las limitaciones propias e intentando explorar las falencias ajenas. Markarián les dio disciplina y mentalidad ganadora.
VENEZUELA
Retomando algo de lo que expresé sobre Paraguay, este sistema de campeonatos hace que nos topemos con candidatos circunstanciales. Eso es Venezuela. Los réditos al cambio de mentalidad que implantó el fallecido José Omar Pastoriza no se ven en el campo porque, todavía, Venezuela es inferior a la mayoría de sus adversarios. Ocurre que la forma en la que debemos medir el mejoramiento de la vinotinto parte desde algunos de los jugadores. Hoy es común ver a futbolistas venezolanos desparramados por algunas de las mejores ligas del mundo. El día que Venezuela se apronte en el terreno y salga a proponer los partidos buscando inclinarse hacia la banca y olvidándose de ser punto, entonces creeré fehacientemente en la  evolución. Mientras tanto no. Igualmente lo que expresé en las líneas anteriores no significa que la Vinotinto no merezca estar ahí, en semifinales. El que hace mejor las cosas en un partido es el que gana y contra Chile, aunque sin merecerlo, se impusieron.
CHILE
El hilo de narración me lleva a hablar sobre un seleccionado al que noté con algo de soberbia, pensándose mejor a todos y al cual un cachetazo lo regresó a su lugar. Claudio Borghi, de cierta forma, es capaz de continuar con la filosofía de Marcelo Bielsa. El problema es que NO es Bielsa. Igualmente Claudio tiene las ideas claras y el apoyo de un plantel con nombres interesantísimos a los cuales deberá hablarles para que tomen esto como premisa a partir de ahora y aclararles que no deben subestimar a ningún contrincante.
COLOMBIA y el resto
Sin ánimo de desprestigiar a los otros participantes de la Copa América, Colombia volvió a chocar contra sus carencias… una de las más notables, la falta de gol. Radamel Falcao García no puede solo. Hubo puntos importantes como el crecimiento de Fredy Guarín, la tenacidad de Carlos Sánchez y la labor de los laterales.
Lo de Ecuador fue flojo, sin respuestas futbolísticas ni anímicas. Bolivia es desde la voz de su entrenador una cosa y en la cancha otra. Cada año baja más el nivel.
México vivió enormes problemas previos al torneo, emparchó como pudo y mostró dos puntos muy buenos: Giovani Dos Santos (en claro ascenso) y el portero Luis Ernesto Michel.
Costa Rica sacó provecho de la invitación a tal punto que algunos de sus componentes juveniles despertaron el interés de clubes de Europa, como el caso de Joel Campbell y el Arsenal inglés.

Sunday, July 17, 2011

Dignidad Batista, de un paso al ¡olvido!

Uruguay merecía avanzar a las semifinales de la Copa América porque, más allá de que el partido contra Argentina se definió desde el punto penal, fue el que mejor hizo las cosas a lo largo de 120 minutos. La Celeste fue ordenada, inteligente, paciente. Los Charrúas metieron su garra famosa cuando el equipo lo necesitaba; dosificaron las piernas; le refregaron al seleccionado de fútbol de mi país que un grupo siempre va a imponerse a las individualidades. Mientras nosotros somos un puñado de ilusiones separadas, del otro lado del Río de La Plata son propietarios de un bloque sólido. Un bloque que puede tener ciertas filtraciones aunque el saldo de cierre es el que exponen ya hace un año.
Tiempo atrás, dialogando con amigos, de esos que viven y transpiran fútbol, me animé al “Argentina no termina más arriba del quinto puesto en la Copa América”. Lógicamente que uno practicó esa frase con la cabeza mientras el corazón dictaba algo diferente. Igual está bien que haya ocurrido lo previsible. ¿Se imaginan un incremento de la mentira a partir de un buen resultado final? Es momento de darse cuenta de que hace dieciocho años que no ganamos nada, que no mejoramos, que el fútbol argentino está en decadencia, que esto debe ser el puntapié inicial para salir del fondo por más escepticismo que viva a sabiendas de que el inconveniente es más estructural que de jugadores. Ojo, hago un punto. Insisto en que la escasez de laterales es contraproducente para la recuperación de nuestro sistema, el de siempre, el que nos empujó a los resultados. Los zagueros “caudillo” ya no existen. El llanto se impone a la bronca, la excusas a los hechos. Los medios y los atacantes son del común, del general, aunque el hincha no quiere ver eso y se deslumbre por tal fulano a partir de que luce la camiseta de alguna institución importante de los países dueños de las mejores ligas.
Debemos soportar a un hombre que como entrenador tiene la misma cintura que tuvo como futbolista, o sea, nada. El tipo caminaba bien el terreno y… punto. Acá revolvió, se dejó manejar, no encontró jamás a sus once hombres y así llegó el final: una de las más paupérrimas decepciones que el fútbol de Argentina tuvo que vivir a lo largo de su historia.
Los jugadores no son los culpables. Son víctimas de un sistema siniestro que ya entró en la decadencia y tiene tintes de tumor maligno, imposible de operar.
Aparecen preguntas para hacerse, para ejecutar. ¿Si la charla técnica la hubiera dado Bielsa, Bianchi, Sabella, Gallego, hubiese sido igual el partido? Estos mismos once tipos –salvo Messi insisto con que los demás son del montón- se comían la cancha. Lastimosamente oyeron las palabras de Batista, un Batista seguro de creerse dueño de un plantel con los mejores jugadores del mundo y, obviamente, errando hasta la médula. Argentina NO TIENE a los mejores jugadores del mundo. Tiene algunos futbolistas buenos, exiguos muy buenos y solo uno excelente. No abundan -menos sobran- los destacados. Seamos realistas y reincido en esta cuestión, ¿cuántos futbolistas argentinos realmente se destacan en Europa? Al Viejo Continente van muchos, triunfan pocos. El vacío de excelentes futbolistas hay que cubrirlo con trabajo en serio, con un plan que se flexible, con la inteligencia para saber contrarrestar las adversidades. Con espiar a un rival no se hace nada.
El mentiroso de Batista, y me tomo la licencia de tratar de mentiroso a un tipo que quiso tomarnos a todos por estúpidos, alguna vez dijo que quería que su selección jugara como el Barcelona… tras el partido con Bolivia se desdijo.
El mentiroso de Batista dijo que estaba todo bien con Carlos Tévez y resultó ser que fue el propio Apache quien buscó apaciguar la historia hasta que el seleccionador recibió el guiño del mandamás y entonces se le extendió la alfombra roja al “jugador del pueblo”.
Fue el mentiroso de Batista quien, ooootra vez, pensó verse en un pedestal diferente a todos nosotros, como hablándonos por sobre su hombro y diciéndonos que “no fue fracaso lo de la Copa América, que hay que pensar en el Mundial que es el objetivo real”.
Le voy a comentar algunas cositas al señor Batista, al que nos mintió, al que intenta tomarnos a todos de tarados. Argentina, por haber sido campeón del mundo en dos ocasiones, está obligada en cada uno de los torneos que disputa, aunque sean campeonatos amistosos. La selección cobra millón y pico de dólares por cada amistoso que disputa. Imagino que tendré que usar el pasado en cobra, porque no deberían pagarle lo que abonan aquellos que desean enfrentar a los albicelestes, aunque no soy tan ingenuo como para no darme cuenta de que “contratan” a Messi y no a la Argentina.
Sabiendo que en la AFA “aman” la buena vida y que tienen que generar dinero, el no haber ganado la Copa América significa que Argentina no estará en la próxima edición de la Copa Confederaciones, por lo que hay que avisarle al “desubicado y pobre señor Batista” que, al margen de que obviamente Argentina tiene que aspirar a la Copa del Mundo, el camino de cuatro años tiene estaciones en las que hay que refrendar el prestigio. Ciertamente ahora tenemos que obligarnos a construir una nueva historia.
River Plate en el Nacional B, Boca Juniors fuera de copas internacionales, lo violencia como moneda corriente, la desprolijidad a flor de piel y la improvisación como una estilo de vida, todo le juega en contra al fútbol de Argentina.
Antes de comenzar la Copa América escuché millones de preguntas sobre el “sueño, la ilusión de la final”… A Batista lo encontré siempre irguiendo el pecho, como no poniendo un paño de agua fría y reclamando cautela.
Ahora estoy asustado de verdad porque Batista piensa en el Mundial de Brasil 2014 pero antes está la Eliminatoria. Si trazo un paralelo con lo que sucedió, Argentina sumó tres puntos de nueve posibles, siendo local, ante selecciones con las que tendrá que vérselas pensando en el camino rumbo al campeonato mundial. Empató con Bolivia, Colombia y Uruguay. Solo le ganó a una respetable selección menor de Costa Rica. Entonces, con tres unidades de nueve de local, me habilito a imaginar que fuera de casa, contra los mismos adversarios que mencioné, puede llegar a darse el cero puntos de nueve en disputa. ¿Sumamos? Serían 3 de 18 puntos… Asusta. Asusta tanto o más como el paupérrimo esquema y desenvolvimiento que mostró Argentina en su casa por culpa de Sergio Batista.

PD: El mentiroso de Batista dijo que Ever Banega era su Xavi, y terminó utilizando a Biglia.

Thursday, July 14, 2011

Espejismos

De pronto todo está bien. Las críticas, la furia, las sensaciones negativas quedaron enterradas en un pasado reciente. La “argentinidad” al descubierto. La argentinidad en estado puro. Resulta que el equipo albiceleste fue un desastre contra Bolivia y Colombia y pasó a ser magnífico por derrotar a Costa Rica. Así lo vive el enceguecido fanático. El profesional, el ojo del periodista lo ve desde otra óptica. El triunfo, les recuerdo, fue ante una Costa Rica formada por futbolistas que en su mayoría no conformaron el plantel más importante que hoy podría armar el seleccionador Ricardo Lavolpe.
Los Ticos llegaron a Copa América con un grupo emparchado. Los costarricenses demostraron hidalguía, valor, irguieron sus pechos sabiéndose inferiores (en la previa) a un plantel anfitrión con Lionel Messi a la cabeza. Les dieron trabajo a Colombia que, a su vez, fue muy superior a Argentina en la jornada 2 del Grupo A del certamen continental; y destrozaron a Bolivia.
El balance de Costa Rica tiene que ser muy positivo. Estos chicos costarricenses se llevaron una experiencia inimaginable, seguramente, y fructífera creyendo que el toparse con combinados de un nivel superior los catapulta (aunque sea lentamente) hacia la superación.
Dicho lo de Costa Rica y agradeciéndoles por haber dado el sí tras la entendible renuncia de Japón, quiero centrarme en la Argentina de Sergio Batista.
Días atrás, en Twitter, alguno de esos seguidores que tienen más ganas de molestar y restar que de aportar, tuvo el tupé de decirme que quiero que a la selección de Argentina le vaya mal porque siempre critico a Batista.
Lógicamente que contra aquel “ciego” uno, que busca siempre aplicar el sentido común, no va a acercarse ni a una discusión. Un “sí, tenés razón” y a seguir viaje por la vida.
Soy crítico de Batista. Sí, lo reconozco. Y como aquí tengo la amplitud del explaye y no me veo encarcelado en 140 caracteres, me atrevo a la explicación.
La crítica tiene la bipolaridad de ser constructiva y destructiva. La segunda arista de esta ecuación no corre por mi mente. Cuando tomo impulso para criticar lo hago desde la orilla buena, donde las olas terminan rompiendo mansas. En todo caso la crítica desde mi sector debería recibirse como lo que analiza alguien que estudia el deporte (no solo el fútbol) desde diferentes ramas y buceando en el aporte para un plus y no una merma que pueda equivaler al deseo de desestabilización.
Insisto con que Batista no encontró el equipo. Mezcla y cambia y mete y saca… Está bien probar pero es lo que NO hace Checho. Planto un once ante Costa Rica, les indicó que se desempeñaran sobre un dibujo táctico ajeno al 4-3-3 y como el final contra los centroamericanos fue con sonrisa, ya está. Así nos quedamos. Contra Uruguay va a repetir el once que hizo vibrar a Córdoba. Sergio Romero en el arco; una línea de cuatro defensores con Pablo Zabaleta, Nico Burdisso, Gaby Milito y Javier Zanetti; en el medio estarán Fernando Gago y Javier Mascherano; delante Sergio Agüero, Lionel y Ángel Di María; Gonzalo Higuaín de punta definido.
Ya expliqué, en algún blog anterior, que el seleccionador argentino quiso burlarse de nosotros cuando supo declarar abiertamente que su modelo de juego era el del Barcelona y tras el espantoso acto ante la inteligencia de Colombia esbozó que ¡jamás lo había dicho!
Haber quitado del cuadro titular primero a Macos Rojo, luego a Tévez, Lavezzi y Banega, indica que existe una culpa directa para con estos hombres.
Solamente Lionel es imborrable, los otros 22 son vulnerables al lápiz del entrenador. En el papel de Batista podremos percatarnos de millones de cambios pero siempre va a estar escrito el apellido Messi. No quiero que quiten jamás a Leo del plantel, para mí es el intocable, el diferente, el que nos da la ilusión de soñar con dar un paso más allá, de recuperar la gloria perdida. Lo incómodo es saber que Batista mira de reojo a un mandamás que lo aprieta con la mirada.
Nos vemos el sábado, luego del partido.

Thursday, July 7, 2011

Manual del Seleccionador…

… y que le consigan uno rápido a Sergio Batista.
Hoy, pese a que muchos creen que no sirve criticar con el resultado puesto, hay que comenzar a hacer un análisis. Empecemos por entender que el fútbol es un deporte colectivo y que no se puede creer que solo una persona, por más habilidad y características geniales que esta tenga, debe ser la salvación. Si una estructura está mal desde la base por más que uno le coloque la frutilla más deliciosa al postre, el sabor será amargo.
Es lo que está ocurriendo con esta Argentina de Sergio Batista. El orientador está desorientado y valga la cacofonía. Porque primero vendió un discurso “barcelonista” y más tarde salió a responder quedando en off-side ante sus propias aseveraciones. Batista trabaja pero sin brújula. No se ven modificaciones tácticas en un plantel que necesita gritos desde el costado porque no encuentra caudillos de la línea de cal hacia adentro.
Voy a arrojarle un salvavidas a quien todos quieren ahogar. Lionel Messi no es el culpable del paupérrimo nivel del combinado argentino. Es más víctima que victimario. Me cansaron con la falacia de armar el equipo en torno a Lionel. Lo lógico, cuando se tiene un fuera de serie, es estampar un estilo, un esquema al cual se le agregue el diamante. Lo último que se coloca es la piedra preciosa y entonces la joya convence.
Argentina (y no por los futbolistas) es un barco a la deriva. Perdido completamente. Jugadores mal escogidos, en funciones erróneas. Un cuerpo técnico que no pregona las variables, no piensa en el cambio de dibujo. Desde hace años reniego porque hemos dejado de producir laterales y son el alimento fundamental de varios hombres que van de tres cuartos de cancha hacia el marco rival. Si la acefalía de los costados se ha incrementado, ¿no sería idóneo perseguir un armado táctico distinto al actual? Es mejor buscar con tres zagueros, dos hombres por los costados, dos volantes de marca, un enlace y dos puntas. Aprovechemos la “mano” que nos dio Josep Guardiola al descubrir que Javier Mascherano puede ser zaguero. Si en el medio “El Jefecito” no está parando a ningún contrario. Si Ever Banega está atado y no tiene con quien descargar cuando le cierran el circuito hacia Messi. Retrasemos a Masche, ubiquemos a su derecha a Burdisso, coloquemos a Garay o a Marcos Rojo en la posición de Gaby Milito (parece más un ex jugador que hombre de selección y lo digo con el respeto que me merece un tipo como él); utilicemos a Zabaleta por derecha e insistamos –pese a que esté con la cancha cambiada- con Zanetti por la izquierda (no hay otro); metamos músculo en el medio sin importar que sean Cambiasso, Biglia o Banega (además, si revuelvo en la lista de 23 no hay más); démosle fútbol a Pastore y arriba con Leo y Tévez o Agüero, quien esté en perfectas condiciones va de cabeza.
El azoramiento se acepta porque, quizá, un conjunto no vuelque al terreno lo planificado, que un día no le salgan bien las cosas. Solo un día. Ocurre que a este tipo que se llenó la boca hablando barbaridades del ciclo anterior, no se le ve nada nuevo. Realmente NADA. 
Ojo que sabe lo que es ganar Batista... más sabe de perder. A la hora de emparentar me viene a la mente que en la AFA cometieron un yerro similar al de River Plate. Passarella creyó en el Negrito López porque le dio un hierro caliente; JJ, en una mezcla de tipo bonachón, de esos amigos que nunca te dejan a pie, de los que apenas los conocés ya los querés para siempre, dijo que sí. Y todavía hoy anda dando vueltas preguntando y reclamándose qué es lo que hizo mal. En la AFA lo nombraron a Batista por ser un "Sigrondonista". No chocó la Ferrari, porque por entonces al mejor estilo "Auto Fantástico" los Kids anduvieron aceitados y sumaron la segunda medalla de oro en Juegos Olímpicos. Lo hicieron de forma consecutiva. Claro, no con el fútbol que desplegó aquel puñado de "fieras" de 2004 que sí tenía un técnico con todas las letras en Marcelo Bielsa. Un estudioso y trabajador de verdad. Un intelectual del fútbol y de la vida. Un hombre que, probablemente, no transite el mundo por ideologías similares a las mías pero que hace que lo admire desde millones de ángulos.
El señor "Sigrondonista" tuvo la fortuna de contar con Messi & Cía en buen nivel. Si hasta el tan odiado y castigado Heinze fue estupendo en Beijing 2008. 
Esa medalla, codiciada por tantos y pequeña para quienes pertenecemos a la tierra de campeones del mundo, está enterrada. Ya es historia y nadie la robará. Ahora hay que volver a luchar, a tomar la lanza, a salir con el cuchillo entre los dientes y despegar hacia la órbita que en décadas pasadas habitamos. 
Quiero volver a lo de los caudillos porque nací en una tierra donde los paladines iban al frente en serio, aún conscientes de que sus cabezas corrían riesgos irreversibles.
Me quedé con dos imágenes de partidos de la Copa América. Ante Bolivia, Ronald Raldes se le plantó a Messi. Lo insultó de arriba hacia abajo y viceversa. Y cuando ya había descargado su biblia de puteadas contra nuestro ídolo, apareció Cambiasso que se limitó a correr a Raldes cual si fuera una de las muñecas más frágiles del universo. ¿Y el resto muchachos? ¿Así quieren ser capos de un terruño que a diario no gobiernan? 
La restante imagen fue versus Colombia. Guarín le intenta un túnel a Gago y, este último, abre sus brazos ya de espaldas al rival, arañándole la cara al cafetero. Freddy, desde el césped y luego de percatar que había sangre en su rostro, le reclamó a Gago. Y Fernando respondió con un "No te toqué Freddy, no te toqué..."
No, a los rivales quedó claro que no los tocan. Son los de enfrente los que los tocan... ¿qué digo tocan? TOQUETEAN a los nuestros. Los manosean. Mirá ahora, los argentinos, los que creen sabérselas todas están con la cola entre las patas rezando que los Dioses están en la misma sintonía para poder doblegar a una Costa Rica llena de jóvenes ambiciosos y con hambre de estropearle la fiesta al anfitrión, al que se atrevió a sentirse campeón antes del primer segundo del torneo.
En otras épocas lo iban a tocar a Maradona. El propio Diego se te plantaba y detrás estaba Ruggeri, y Olarticoechea, y Giusti, y Enrique... iban todos la frente. En la actualidad no. 
Me extraña de Carlitos Tévez, que no hay reaccionado. Sé que tiene las condiciones para calzarse a estos 22 que tiene a su lado y a más también. Ocurre que no deberían dejarlo solo. Tévez puede sacar la cara por Messi, porque Lio la sacó por él en Irlanda, aquel sábado donde el Apache no había llegado desde Manchester a la concentración de Argentina (*). 
El hazmerreír del mundo es la selección de Argentina. La misma que paulatinamente va licuando su prestigio. Tantos años de esfuerzos descomunales para construir y un puñado de meses desmoronan el camino como un simple viento a una torre de naipes.
Insisto que los reproches no deben tener como destinatarios a los jugadores aunque parte de la responsabilidad les cabe por ser cuotaparte de un grupo. Ciertamente son los que juegan, los que tienen que verse en la obligación de resolver pero hay épocas en que las ideas se esconden y el obligado a encontrarlas está de camisa, saco y corbata, con más cara de susto que estirpe de guapo y de seguro. Con más terror al fracaso que ideando una salida… una salida rumbo a la modificación repentina y feliz.
Queda el último paso para evitar la vergüenza, un sonrojo que no mermará a excepción de que desplieguen, los albicelestes, un desempeño 360 grados distinto a lo que están exportando desde el rectángulo.
                       

Friday, July 1, 2011

América se viste de fiesta


Este viernes da el puntapié inicial el torneo de selecciones más antiguo de todos, la Copa América. Hoy se viste de gala nuestro continente porque comenzará a rodar el balón en un torneo muy competitivo, en el que se enfrentan las selecciones que, por ejemplo, participan de las eliminatorias más difíciles del planeta cuando se piensa en un Mundial; porque se moverá la pelota en un campeonato en el que hay tres protagonistas que suman nueve Copas del Mundo; en una fiesta en la que veremos al “termómetro del fútbol del globo terráqueo”.
A mí no me caben dudas cuando hablo de que Sudamérica es el medidor del nivel de juego para el resto. Cuando el fútbol de países como Brasil, Uruguay y Argentina está arriba, es imposible ante estos. No estoy de acuerdo con que el fútbol se ha nivelado, en absoluto. Me inclino a favor de aquellos que piensan que si los demás han mejorado es, en parte, porque la manifestación futbolística de los países mencionados antes ha mermado. Quizá sea tema de debate para otro blog, para alguna charla más enfocada en este asunto particular.
La Copa América tapará la barbarie vivida a partir de los descensos de River Plate y, en menor escala, lo ocurrido en el bosque platense con algunos de los hinchas de Gimnasia y Esgrima.
Sueño con una Copa América de verdad, en la que pueda ver a todo el continente participando. Yo quiero una Copa América con Estados Unidos, Canadá, Honduras, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Panamá… que no falte ninguno. Las disposiciones dirigenciales lo impiden; nos lo niegan. Estará Costa Rica, una selección diezmada pero que a partir de los deseos de su entrenador, dirá presente. Hace muy bien Ricardo Lavolpe en viajar a Argentina con “su” Costa Rica porque, en primer lugar, no va a pasar vergüenza como se cree; en segundo término, para crecer hay que codearse con quienes se presumen superiores. Reiteradamente planto un ejemplo sencillo: si busco mejorar en el tenis, siempre me va a convenir jugar ante Roger Federer que hacerlo contra mi vecino. Quizá a Federer no le gane jamás pero cada partido le robaré algún puntito más que en el choque anterior y eso hará que crezca. Acá es lo mismo. A Costa Rica le cuadra más toparse con Argentina y Colombia que hacerlo ante Belize o Cuba. Y ojo que no quiero desmerecer a las dos naciones de la Concacaf.
A propósito de Concacaf, me enerva saber que veremos a un México alterno. Tampoco aquí persigo a los jugadores porque entiendo que los futbolistas del Tri convocados por Luis Fernando Tena van a dar el alma en cada partido. Lo que me parece un mamarracho es lo de la Federación Mexicana al dar el sí a la participación de un certamen prestigioso pero plantando en el terreno un plantel que no ve a sus mejores exponentes en él.
¿Candidatos? Los de siempre. Se cruzan por el camino de los pensamientos rumbo al 24 de julio tres claros favoritos. En mi orden, Uruguay, Brasil y Argentina. Respecto del Mundial de Sudáfrica, los que menos han modificado sus planteles fueron los Charrúas y los Albicelestes. Brasil pegó el cimbronazo, padeció una renovación a partir de la aparición de Mano Menezes en la conducción táctica de la Verdeamarela. La sangre nueva tiene nombres como el de Paulo Henrique (Ganso para la mayoría), Neymar, Pato, Thiago Silva, Dani Alves (si bien hace tiempo forma parte de la selección, se consolidó como titular ganándole la pulseada a Maicón), etcétera. Brasil tiene equipo por donde se lo mire.
Uruguay, que acumula la misma cantidad de trofeos que Argentina (14), llega al terruño contiguo con un bloque sólido. El “Maestro” Oscar Washington Tabárez acopió un logro dificilísimo en el fútbol, que un once pueda esbozarse de memoria. Los imprevistos, lamentablemente, aparecen y salvo por lesiones uno se anima a dar de corrido a los celestes.
Argentina lleva el arma de doble filo por ser anfitrión. El actuar ante su público evidencia un apoyo que más allá de las fronteras no se posee. Existe un problema y es descifrar como lidiará el plantel con la presión de desafiarse a la obligación en un conjunto donde los “caudillos” no son su fuerte cuando se habla de pilares, de hombres con carácter. Tenemos contadas excepciones como Tévez y Messi. Argentina es una cosa pensando hacia delante y otra completamente distinta si se mira hacia atrás. Las dudas no se plantan en ofensiva y con la pelota en el poder, sí cuando toca el turno de defender.
Restan horas para bañarnos de fútbol. Ojalá seamos testigos de un buen nivel, de una Copa América inolvidable, con emociones y, por lo que más quieran, sin violencia, moneda corriente en mi tierra desde hace años, décadas.