Wednesday, August 31, 2011

Sin Radios el fútbol no es igual


Un partido sin transmisión radial es lo mismo que un partido de “mimos”, un encuentro futbolístico sin la pelota. No permitirle a las radios el ingreso a los estadios de España porque ahora se les ocurrió a los “genios” de la Liga de Fútbol Profesional cobrar un canon que puede ser inalcanzable por estos tiempos es irrisorio. Evidentemente cuando uno piensa en gente que está ligada directamente al deporte más importante de todos (con respeto hacia las otras disciplinas), en gente que supuestamente entiende de la cuestión, pisa un suelo frágil que genera lesiones ajenas a aquellos.
Son tiempos muy difíciles en el MUNDO, económicamente hablando y si bien tengo claro que hay millones de cosas que merecen una resolución más rápida que este tópico, prohibirle al público disfrutar de la radio es un castigo inexplicable. Callar las voces radiales es un pecado injustificable.
Recuerdo, cuando niño, que los fines de semana había voces de rostros desconocidos que llenaban mis mañanas, mediodías y tardes. Que gracias a la radio nacieron mis primeros interrogantes respecto de, por ejemplo, la ley del off-side (por esos momentos un atacante en la misma línea que el anteúltimo adversario hacía que el lineman levantara el banderín), preguntas sobre ¿para qué existe un círculo central o la medialuna del área? Todo porque había un tipo, un relator que narraba lo que veía, con lujos de detalles, secundado por otro que explicaba lo que el relator no contaba y con uno o dos más que aportaban datos al borde del campo de juego o haciéndonos creer que estaban ahí, a tiro de los bancos de suplentes y atestiguando absolutamente cada movimiento de lo que acontecía con los entrenadores de cada equipo. Locutores vendiendo la publicidad con originalidad: “Cabeceó y no se despeinó, es porque usa Brylcreem”. Con voces desde otro estadio solicitando la palabra al grito de “Gooooooooooooooooooool de Central”… y aparecía el locutor una vez más esbozando “Informa Neumáticos Fate”… y ahí arribaba la información del autor del tanto y el resultado del partido. Una pintura en un museo, un caramelo en un frasco, un adorno simple y revelador.
La radio le regaló una esencia inigualable al fútbol. El mero hecho de que la radio nos autoriza a imaginar la transforma en invalorable. Cada cual puede imaginar la situación de un mismo partido de forma diferente y esto ocurre pese a que la manera de “hacer radio” cambia respecto de las regiones. Es decir, es muy diferente una transmisión radial en Sudamérica que lo que es en Norteamérica o en Europa. Es desigual la forma de hacer radio en Brasil, Uruguay o Argentina, que lo que uno escucha de Colombia, Ecuador o Perú. No es que una sea mejor que otra, no. Son solo desiguales, idiosincrasias heterogéneas, estilos… estilos hasta de vida. De todas maneras la naturaleza es la misma.
Hoy sigo leyendo sobre lo ocurrido el fin de semana en España donde las radios no lograron ingresar a los estadios para sus habituales y tradicionales emisiones y me duele en el alma. Creo que la radio es tan del fútbol como lo son las hinchadas, las banderas, las camisetas. Las radios son tan del fútbol como los propios futbolistas. Las radios son los ojos de los no videntes. Y son los ojos de los que tenemos la fortuna de ver. ¿Tienen idea de cuántos cieguitos van a los estadios y se sientan en una butaca con la radio pegada al oído para que, mientras viven el ambiente, escuchen el relato del partido que ellos tienen que ver con sus almas?
Cuando uno enciende la radio, a diferencia de la televisión, uno no sabe con lo que se va a topar. Probablemente la escritura sea lo más parecido a la radio. De hecho creo que volcar en letras una opinión transita por el camino paralelo al micrófono que se abre, igual a cuando la luz roja se enciende indicando AL AIRE; solo que al escribir uno no le pone la voz a las letras y las deja a la interpretación del lector.
Voto por un fútbol con radios; porque esta “guerra” la ganen las emisoras, porque se imponga la coherencia y así se ordenen las piezas de un rompecabezas que no está completo.

Friday, August 26, 2011

¿Sensibles... o llorones?


Realmente hay cosas que no dejan de sorprenderme. Para alguien inquieto como yo es bueno. Ocurre que en algún momento la temperatura eleva al punto de…; mejor dejémoslo hasta ahí porque temo no encontrar el término correcto. Igualmente voy a escribir líneas que a los hinchas del FC Barcelona, probablemente, les molesten. Y lo mejor de eso es que NO ME IMPORTA si les incomoda porque, en primer lugar, no voy a faltarle el respeto a nadie y, al margen, seré frontal y profesional como siempre intento ser.
El blaugrana jugó la final de la Supercopa Europea contra el Porto, quien resultó ser ganador de la pasada edición de la Europa League. Una vez más, la “Empresa Messi & Cía” fue superior a un nuevo adversario. Fue, Barcelona, el justo ganador del trofeo. Un yerro defensivo le brindó el balón al peor enemigo. Lionel recibió un regalito único, lo vio a Helton, le aplicó un movimiento de cintura para sentarlo (como hizo con tantos otros arqueros) y definió para el 1-0. Al rosarino le faltaba anotar en un partido de Supercopa Europea. Le faltaba, porque ya puede tachar esa deuda en la lista de “potenciales logros”. La Pulga, otra y otra y otra y otra, vez se vistió de fundamental, de exclusivo, de único, ratificando a los 38 periodistas que lo votaron como el Mejor Futbolista de Europa, porque no se conformó con su concreción, sino que aplicó una asistencia a Cesc Fábregas quien definió “a lo Messi” para el 2-0 que fue lapidario.
Dicho lo anterior, Bjorn Kuipers no vio un claro penal de Eric Abidal contra Freddy Guarín y hago hincapié en esta única acción porque podría haber cambiado el rumbo del partido. Está bien, el referí no la advirtió, el encuentro continuó y finalizó para que los culés celebraran un título más y se convirtieran en el más ganador de España superando (con 76) al Real Madrid (75).
Vuelvo en una red social como Twitter mi punto de vista y lo único que recibo desde los hinchas del Barça es reproche y recriminación creyéndose intocables y quejándose (equivocadamente) de que uno no valora el título acopiado.
Es tiempo que los “pseudo-hinchas” dejen de llorar y no se tomen a pecho lo que verdaderamente ocurrió. Es tiempo de que abran los ojos y comiencen a ver con los ojos y no con el corazón… que razonen con la cabeza y no con el escudo del club. El hincha de verdad es lógico, entiende y responde con respeto. El “pseudo-hincha”, que son la mayoría de los que no maman la cultura culé desde pequeños y que se hicieron fanáticos del Barcelona pocos años atrás y duran lo que duran los éxitos, esos no quieren ver la realidad. En algún momento, porque esto en el fútbol ocurre, esperaré a ver como reaccionan los mismos que hoy se escudan detrás de un insulto cuando desde mi posición solo emerge un razonamiento lógico e imparcial. Ocurrirá que a esos hinch… perdón, “pseudo-hinchas” no los volveré a encontrar.
Una reflexión más antes del “abrazo para todos”. Michel Platini, Presidente de la UEFA, persona con la que no coincido en casi nada, ha acertado –a medias- en su declaración acerca de que los árbitros protegen a Lionel Messi. El francés expresó que a Leo lo cuidan más que lo que supieron resguardar a Maradona, Pelé, Cruyff o Zidane y que por eso obtiene una ventaja y está bien que así sea porque de esa forma puede desplegar su talento. ¡Qué extraño que haya mordido la banquina en su expresión! ¿Nunca puede completar, Platini, una frase que sea feliz, que sea inteligente desde el inicio al fin? Los árbitros NO deben cuidar a Messi. Los referís tienen la obligación de hacer cumplir un reglamento, que es único, que le pertenece a un deporte y que puede tener diversas interpretaciones a partir del criterio con el que se maneja un silbante en cada partido. Entonces si Messi obtiene una ventaja es porque cuenta con la habilidad de saber imponerse con su fútbol y porque se destaca por los normales. Los referís recibieron a lo largo de los años diferentes consejos y los fueron aplicando. El problema es que varios parecen dirigir con distintos reglamentos.
Abrazo para todos.

Wednesday, August 10, 2011

De Londres a Bahía Blanca


No culpen al fútbol por los incidentes de Londres. Hace tiempo que los ingleses tuvieron la capacidad y las ganas -por sobre todas las cosas- de erradicar a los violentos de los estadios. Lo han logrado. Claro, hay una ventaja en Inglaterra. Allí existe la educación. Allí, mal que mal (o bien, de acuerdo a como se lo mire) todos reciben el mismo trato y al hombre común con se lo arregla con un “chori y un vaso de vino” para ir a apoyar tal postura política de la que no tienen ni perra idea. Antes de continuar quiero que sepan que estoy en un día en el que el enorme Negro Fontanarrosa se ha cruzado en mi mente y el maestro me enseñó que las malas palabras no existen por lo que si ustedes llegan a toparse en las próximas líneas con alguna palabra que consideren mala, sepan que está escrita con la mejor intención.
Ahora sigo. A Mark Duggan lo asesinaron. Una bala acabó con su vida. Una bala que surgió desde el arma de un policía que buscaba contrarrestar una manifestación de la manera menos indicada. Duggan dejó cuatro hijos y toda su vida acá, en la tierra. Hoy en Londres la gente sigue peleando en las calles contra el asesinato de Duggan pero la policía, por órdenes del Primer Ministro, no recula. La policía reprime porque lo más importante es que David Cameron anunció que no va a permitir que se entable el terror en las calles, que exista una cultura al miedo ni en Londres ni en el resto de Inglaterra. Entonces lo fundamental por estas horas es tratar de apagar los focos de violencia, buscar que no sigan perdiéndose vidas y luego se pensará en el oficial que cometió el error de creerse capaz de decidir por mano propia el destino de la vida de Mark Duggan.
Me voy para Argentina y como somos practicantes de la cultura de “extremismo” escucho cosas tan pero tan estúpidas que hasta me generan vergüenza ajena. Día domingo 7 de agosto, cancha de Olimpo de Bahía Blanca; tiro de esquina para Boca Juniors. Lo tomó Juan Román Riquelme y como suceden en el ciento por ciento de los estadios de Argentina donde los hinchas tienen al alcance (léase pocos metros) a un rival, a Riquelme lo bañaron en saliva. O sea, lo escupieron. Es un verdadero asco que a uno lo escupan, ciertamente lo es. Descubrieron al “agresor salival” de JR, saben que es socio de Olimpo y ahora el Coprosede (Comité Provincial de Seguridad Deportiva) quiere que le apliquen el derecho de admisión –ATENCIÓN- ¡de por vida! ¿No será mucho? Repudio lo que ocurrió con Riquelme pero también es una barbaridad que el imbécil de abecedario completo que escupió sea imposibilitado de ir a ver a su equipo porque su falta de educación lo llevó a hacer lo que hizo.
¿Qué debería suceder entonces con los hinchas de River que ingresaron al terreno de Belgrano de Córdoba en el partido de ida por la pasada Promoción?
Seamos lógicos (es la solicitud más difícil para la dirigencia argentina) y dejémonos de ridiculeces. El hincha de Olimpo escupió, las cámaras lo atraparon, castíguenlo. Háganlo de forma coherente porque imposibilitarle que vaya a ver a Olimpo por el resto de su vida, es una estupidez astral. Hay cosas demasiado más importantes de las que ustedes, dirigentes, deben ocuparse.



Resultados que engañan


Se termina la pretemporada. Estamos a horas del inicio de una nueva campaña que, en España, comenzará a todo trapo porque las puertas se abren desde el Santiago Bernabeu con un Clásico, con un Madrid-Barça, con un trofeo en juego, con una Supercopa, con promesa de guerra, de lucha, de fútbol, de emociones.
Probablemente exista quien piense que a partir de los resultados cosechados durante los amistosos pueda obtenerse alguna conclusión y son los entrenadores los que miran los “resultados”, pero a estos, no emparentados con el marcador del partido sino con los desempeños individuales de sus hombres, de los componentes del plantel. Es momento de analizar a los refuerzos, a los juveniles, momento para plasmar los ensayos, llevar a la práctica lo ejercitado.
Me preguntaron, en estos días, si finalmente Real Madrid logrará cortar la hegemonía del Barcelona y es una interrogante difícil de devolver. Los merengues no han tenido adversarios de peso y eso es tan cierto como que han ganado todo lo que enfrentaron en este período previo al año futbolístico. Cuando hablo de adversarios que no fueron de peso lo hago desde el respeto. Hay una realidad y quien no la vea tendrá que refutárselo así mismo y habla de que los clubes que chocaron contra los gigantes de España están en otro ritmo, un nivel menor al que muestran Barcelona y Real Madrid cuando sus motores se ponen a punto. Cuando se lo proponen, no se puede contra estos dos. Si se quiere abrimos un paréntesis para destacar que al Barça le dieron un toque de atención. No le anotaron cuatro goles por primera vez porque en algún momento algo así hizo el Atlético de Madrid aunque por los “porotos” (los puntos). Sí fue la primera vez que un conjunto logra imponerse al blaugrana de una manera tan abultada desde que Josep Guardiola es el orientador táctico. Chivas vapuleó al Barça, lo cacheteó con un 4 a 1 que es, repito la frase de Pep, un toque de atención. Guardiola tiene alma culé y el mismo le brinda la amplitud de saberse un entendedor de la filosofía de la entidad catalana y el prestigio -que cuesta tanto acopiarlo- puede perderse velozmente. Está bien que el Barça no va a dejar en el camino sus reconocimientos de más de un siglo de vida por una caída en Miami contra el Rebaño Sagrado; pero hay libertades que no deben permitirse y menos en un plantel que se jacta de ser el mejor del mundo. Conté con la posibilidad de estar en el estadio y lo que me alarmó no fue el score final. Lo que me alarmó, sinceramente, lo que llamó mi atención fueron las pocas ganas con la que los juveniles del Barcelona se mostraron y la incapacidad que revelaron ante la adversidad, no pudiendo revertir un marcador al que se aterrizó por una ráfaga de buen manejo y de inteligencia en la transición ofensiva del rival. Todo lo anterior se sumó al poco amor propio que se esgrimió en el rectángulo de parte de futbolistas que deberían dejar la vida en cada pelota si es que pretenden ser considerados por Guardiola. Después se quejan cuando el entrenador no les da el lugar que ellos creen (equivocadamente) se ganaron. Por lo que se vio ante el club mexicano, ninguno de los que habitualmente no son titulares en el Barcelona tiene la oportunidad de un mínimo reclamo al DT. Deberán remar desde atrás.
Cuidado que no voy a poner en tela de juicio el arranque de la actividad del Barça por un partido. Sería un movimiento poco inteligente de mi parte… hasta inaceptable diría. Barcelona está armado, hace años viene armado, siendo compacto, demostrando un fútbol que a algunos puede gustarle más, a otros menos, aburrido si acaso cuando monopolizan la pelota, efectivo sin dudas. Un fútbol que es ejemplo de cómo hay que moverse con y sin el balón; y con un plus superlativo como la aparición de una terna de ensueño con Iniesta, Xavi y Messi.
Real Madrid ha vivido una preparación muy sólida. Incorporó bien. A diferencia de años anteriores quizá los nombres no fueron rimbombantes, sí buenos. Fabio Coentrao como punto alto y uno que no es nuevo pero que maravilló a quienes viven la vida diaria del Madrid como Karim Benzema.
En planes galácticos, Florentino Pérez es un número uno. Por su historia, por la ambición, por idiosincrasia, Real Madrid necesita ganar ya que las victorias están en el ADN del club. El fanático, el madridista de alma, no concibe que el reinado del archienemigo esté en pie. De alguna forma, sea con el paladar negro histórico o con el tacticismo de Mourinho perseguirán el ideal de quebrar la sonrisa ajena. El orientador luso ya acostumbró al Bernabeu que jugar bonito no es de la única manera que se puede actuar. Que hay aristas, otras vías, canales que escapan a lo romántico. También ensuciarse es jugar al fútbol, también trabar con la cabeza es jugar al fútbol, también no buscar ser ofensivo durante los noventa minutos es jugar al fútbol. Hay un sueño que persigue el Madrid y es la “décima”, así se la define a la Champions League desde Chamartín. Son nueve y hace años que el remar, el querer, los sueños quedan truncos. Con Mourinho la mentalidad trocó y ese golpe por golpe del año anterior volverá a verse, puedo olerlo. Entonces después de varias líneas llego a una conclusión, simple, porque así es el fútbol aunque los protagonistas intenten no ratificar la hipótesis, y es que la única manera de comenzar a saber que ocurrirá entre ellos es verlos en acción, frente a frente, al uno contra el otro. No hay vía posible, factible, más allá de eso.
La temporada de España se abre al mundo y con un clásico… en realidad con “dos”. ¿Puede pedirse algo mejor?