Friday, March 15, 2013

¿Qué dicen de Roura?


Las redes sociales, como tales, han aportado una enorme cantidad de datos positivos y de los otros. También comentarios en pos de una situación y miles cargados de maldad. Aunque más que de maldad, debería creer que de ignorancia o impotencia.
Me cansé de leer mensajes negativos contra la figura de Jordi Roura, técnico del FC Barcelona que reemplaza a Tito Vilanova, quien lucha a diario para superar uno de los peores males que padece el ser humano.
Debo aclarar –porque nobleza obliga- que no conozco a Roura, que jamás hablé con él, ni siquiera lo he visto trabajar. El sentido común, ¿qué me dice? Si Roura tiene un puesto en el Barça es porque “algo” debe saber. Estoy convencido de que quienes dirigen el club son amplios sabedores de fútbol y, ante la oferta gigantesca de maestros, por algo el de Llagostera está ahí.
Hace años que el plantel del blaugrana consigue resultados y lo más complejo a un nivel alto es mantenerse continuamente en la cima. Probablemente se entienda en lo que es el ámbito casero porque el torneo tiene dos equipos fuertes y el resto corre en un segundo pelotón. Habiéndole tomado la mano tras largos pleitos sin poder lograrlo, Real Madrid le hizo vivir la semana más nefasta al Barça desde que construyó este plantel que hace celebrar de felicidad, vivir en un día a día de ensueño a sus fanáticos. Claro que la mayoría de los reproches, de los propios seguidores culés, no apuntaron ni a Messi, ni a Iniesta, ni a Xavi, ni a ningún otro. El receptor de la crítica destructiva tuvo un blanco único, Jordi Roura.
Cuando cayó el pitazo final del partido Barcelona 4 vs. Milan 0 en la vuelta de los octavos de final de la Champions League, nadie se tomó un minuto para agasajar a Roura (tomando en cuanta lo que leí en Twitter, por ejemplo) que, desde lo psíquico protagonizó una labor excepcional. En solo cuestión de horas logró que los azulgranas se reencontraran con su propia memoria. Presionaron, se adueñaron de la pelota, usufructuaron a Messi y explotaron la capacidad goleadora de David Villa y más.
Si me preguntan qué porcentaje recargo sobre el orientador y sobre los futbolistas, no lograría expresarlo en números. Igualmente, y eternamente, sostendré que los que ganan y pierden los partidos son los futbolistas, los que pisan la cancha.
El movimiento “marketinero” de los clubes más poderosos del mundo es sensacional y por eso logran, entre varios ejercicios, que los que precisan aferrarse a algún color, a un uniforme, para de tanto en tanto celebrar algo y concebirse ganadores, se alisten detrás de la camiseta del Barcelona o del Real Madrid.
Pero muchas de esas personas desconoce lo profundo del fútbol, no les importa generalmente ingresar en el análisis, buscan –más bien- que los “colores adoptivos” ganen y punto y aparte. Si se imponen será por Messi y cuando caigan será por Roura. 
Xavi maneja, Iniesta ejerce, Messi define… el resto acompaña al punto de construir un equipo que, por dos derrotas, no perdió la memoria. Todo, a costas de Roura.
Cuidado, tampoco quitemos méritos a Cristiano Ronaldo. Sí, leyeron bien. Así como el Barça sería otro sin Messi, el Merengue resultaría completamente diferente sin CR7. No digo peor, sí distinto; aunque mejor, sin estos, nunca.
Celebro que Roura pudo reencontrar el atajo a la identidad de la que el Culé se aisló solo un par de días.
Ese mentón duro que luce es el mismo que le pone a la crítica, que por más potente que sea, no logrará noquearlo.
¡Abrazo para todos!

Tanto tiempo...

Ciertamente ha transcurrido mucho tiempo desde el último Post. La cuestión de mantener un blog para poder estar en contacto con ustedes quedó algo relegada debido a que, tal vez, me inclino más a comunicarme vía Twitter. Intentaré reflotar este lugar donde, busco, entre expresiones subjetivas, lograr un ida y vuelta con ustedes, los que siguen el blog.
Espero poder ir cargando de comentarios, información y opinión, este lugar tan amplio como rico.
Abrazo para todos y nos seguimos leyendo.