Monday, July 17, 2017

Chuck Blazer, seguro, descansa en paz

Pensando en el título que yo mismo le coloqué a este blog, habrá que ver, realmente, si eso es lo que deliberó, imaginó, idealizó o no aquel hombre. Luego entrarán a actuar las creencias religiosas de cada uno. Más allá de cualquier dogma estamos seguros es de que nuestras vidas en algún momentos se apagarán. Y, aún creyéndose intocable (seguramente), Chuck Blazer no fue la excepción a esta sentencia de la humanidad.
Este perverso personaje, que murió el 12 de este mes de julio producto de un cáncer colorrectal, fue el informante del FBI en el famoso caso conocido como el “FIFA-Gate”.
En 2001 me instalé en Miami y realicé, junto a un colega, un programa sobre la Copa Oro. Transcurrieron un par de semanas desde que había aterrizado en “La Capital de Latinoamérica” y no conocía a ningún directivo de la CONCACAF. En la conferencia de prensa previa al inicio del torneo se cruzó, delante de mí, un hombre con un aspecto que me llamó a la atención. Estaba desarreglado para la ocasión. Pensé, siendo amante de las historias de mafia, que su perfil encajaba perfecto para algún personaje que puedo haber ensalzado en mi mente. Entendí que estaba dejándome llevar por un prejuicio y hasta ahí llegué. Hoy, repasando aquello que viví hace dieciséis años, comprendo que tan equivocado no estaba. No por eso tengo poderes especiales, solo que mi suspicacia estaba alineada con la realidad.
Blazer fue el buche, el que logró que detuvieran a varias personas con las que en alguna oportunidad negoció. Blazer debió regresar 1.9 millones de dólares pero, ¿creen que fue todo el dinero que recibió producto de coimas? Blazer se fue de este planeta con un estatus criminal que lo sentenció culpable. Blazer, que perteneció a la FIFA, fue suspendido de por vida para desempeñar cualquier tarea para dicho organismo. Blazer mandó preso a Jack Warner, a quién él mismo convenció para que se presentara como candidato a la presidencia de CONCACAF muchos años atrás, algo que el trinitense alcanzó. Podría seguir. ¿Tiene sentido? Lo que hizo Blazer habla de lo que él era. Las ratas hacen eso. Los despreciables se desenvuelven así. Estaba podrido por fuera y también por dentro.
Un cáncer, como comenté, terminó con él a los 72 años de edad. Podría haber perdido la vida por los problemas que parecía en una arteria coronaria o por la diabetes.
Estoy convencido de que Blazer descansa en paz porque a los inescrupulosos, a los siniestros personajes, les pasa eso. Aún habiendo hecho bastante por el fútbol de Estados Unidos, fue un pésimo dirigente. ¿O los objetivos se logran a base de logros colaterales?
Ah, y también tengo una teoría y muchos expresarán que yo soy el cruel. Creo que, consciente de que su enfermedad acabaría con todo, se entregó porque presumía el final y no por estar arrepentido ni por el bien del deporte.
No sé si me pone feliz que alguien así muera, pero soy coherente conmigo mismo y siento tranquilidad de que ya no esté entre nosotros.