Los espejismos han sido moneda corriente en la actualidad del Atlético de Madrid. Esas ilusiones ópticas que generaron confianza en algún momento al fanático colchonero, aunque el propio equipo logró que se desmoronaran tan rápido como un castillo de naipes en medio de un huracán. Acumulación de reveces y falta de respuesta desde lo táctico llevaron a los rojiblancos a resultados adversos que derivaron en la salida de Gregorio Manzano y fue entonces cuando se abrieron las puertas del Vicente Calderón para Diego Simeone.
La lógica indica que hoy no podría pensarse en que hubo un cambio radical porque el Cholo lleva un mes al frente del grupo. Ocurre que la lógica en el fútbol no existe, que el fútbol no entiende a la razón y la esquiva. E increíblemente debo expresar que sí, que efectivamente hay un nuevo Atleti en el que vemos más indios que caciques, más peones que capataces. Y dentro de esa jungla, en la que habita el Club Atlético de Madrid, quien debe jactarse de ser el rey es Radamel Falcao García Zárate. Sí, El Tigre es el rey de la selva.
El de Santa Marta arribó a España desde el fútbol portugués en el que la competencia casera es prácticamente nula. Aterrizó en la capital española con los honores de ser el dueño del récord de más goles en una temporada de la Europa League. El colombiano fue la figura de un Porto que reapareció en las primeras planas del viejo continente en el segundo torneo de clubes más importante. Pero el Atlético de Madrid es especial, es diferente a todo. Para bien de Radamel, se acopló velozmente al molde rojiblanco y talla su figura con el potencial de llegar a grabar su nombre a fuego en la institución..
El presente de Falcao generó que a orillas del río Manzanares olvidaran –de cierta manera- a dos íconos de la historia más fresca del Atleti como Sergio Agüero y Diego Forlán.
El arma con la que pelea Falcao tiene nombre: el gol. Mientras el del departamento de Magdalena anote, su presencia se enaltecerá pero tiene la capacidad de ser importante aún sin marcar. Sabiendo y no escapando a la premisa que reza que el centrodelantero vive de las anotaciones, Falcao está exhibiendo el talento de poder soportar y enfrentar en soledad a una línea de cuatro rivales. Cuando a Falcao se lo nutre del balón, resuelve; cuando no tiene la pelota sabe actuar sin la número cinco. Es la segunda vez en lo que va de la Liga que en dos fines de semana consecutivos aportó cinco dianas. En esta oportunidad Anoeta se rindió a los pies del 9 que castigó con tres a los de San Sebastián, seis días después de haberle hecho dos al Villarreal. Remontándonos a septiembre de 2011 en cuatro días también tributó cinco gritos. Entonces fueron Racing y Sporting Gijón quienes sufrieron los zarpazos de Falcao en sendas goleadas colchoneras por 4 a 0.
La inyección anímica del Cholo fue interpretada a la perfección por sus hombres y enalteció el accionar de su delantero más notorio. Aunque también incrementó el fútbol de Diego Ribas da Cunha a quien se lo ve “ensuciarse la vestimente” porque hasta se atreve a ir al piso a pelear por la pelota como ejemplificando la teoría “simeoniana” de siempre jugar con el cuchillo entre los dientes. Eso es lo que pide el público del Atleti, eso es lo que desean los seguidores, los artífices de lo que se conoce como la mejor afición del fútbol español.
Que Falcao esté en deuda con su selección, quizá. Es harina de otro costal. Piensen que hasta el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, es discutido por buena parte del público en Argentina. Es imposible conformar a todos, realmente lo es. A eso no escapará Falcao tampoco, ni siquiera sabiendo que hoy es el as que poseen los rojiblancos.
En este Atleti teñido de irregularidad con la llegada de Simeone siguen sumándose jornadas de tranquilidad y en buen porcentaje por culpa de Falcao.
El Tigre es dueño de su futuro y su profesionalismo, su dedicación, contribuirán a más celebraciones del Atlético de Madrid. Nace un romance que esperan sea eterno.
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