Wednesday, August 10, 2011

De Londres a Bahía Blanca


No culpen al fútbol por los incidentes de Londres. Hace tiempo que los ingleses tuvieron la capacidad y las ganas -por sobre todas las cosas- de erradicar a los violentos de los estadios. Lo han logrado. Claro, hay una ventaja en Inglaterra. Allí existe la educación. Allí, mal que mal (o bien, de acuerdo a como se lo mire) todos reciben el mismo trato y al hombre común con se lo arregla con un “chori y un vaso de vino” para ir a apoyar tal postura política de la que no tienen ni perra idea. Antes de continuar quiero que sepan que estoy en un día en el que el enorme Negro Fontanarrosa se ha cruzado en mi mente y el maestro me enseñó que las malas palabras no existen por lo que si ustedes llegan a toparse en las próximas líneas con alguna palabra que consideren mala, sepan que está escrita con la mejor intención.
Ahora sigo. A Mark Duggan lo asesinaron. Una bala acabó con su vida. Una bala que surgió desde el arma de un policía que buscaba contrarrestar una manifestación de la manera menos indicada. Duggan dejó cuatro hijos y toda su vida acá, en la tierra. Hoy en Londres la gente sigue peleando en las calles contra el asesinato de Duggan pero la policía, por órdenes del Primer Ministro, no recula. La policía reprime porque lo más importante es que David Cameron anunció que no va a permitir que se entable el terror en las calles, que exista una cultura al miedo ni en Londres ni en el resto de Inglaterra. Entonces lo fundamental por estas horas es tratar de apagar los focos de violencia, buscar que no sigan perdiéndose vidas y luego se pensará en el oficial que cometió el error de creerse capaz de decidir por mano propia el destino de la vida de Mark Duggan.
Me voy para Argentina y como somos practicantes de la cultura de “extremismo” escucho cosas tan pero tan estúpidas que hasta me generan vergüenza ajena. Día domingo 7 de agosto, cancha de Olimpo de Bahía Blanca; tiro de esquina para Boca Juniors. Lo tomó Juan Román Riquelme y como suceden en el ciento por ciento de los estadios de Argentina donde los hinchas tienen al alcance (léase pocos metros) a un rival, a Riquelme lo bañaron en saliva. O sea, lo escupieron. Es un verdadero asco que a uno lo escupan, ciertamente lo es. Descubrieron al “agresor salival” de JR, saben que es socio de Olimpo y ahora el Coprosede (Comité Provincial de Seguridad Deportiva) quiere que le apliquen el derecho de admisión –ATENCIÓN- ¡de por vida! ¿No será mucho? Repudio lo que ocurrió con Riquelme pero también es una barbaridad que el imbécil de abecedario completo que escupió sea imposibilitado de ir a ver a su equipo porque su falta de educación lo llevó a hacer lo que hizo.
¿Qué debería suceder entonces con los hinchas de River que ingresaron al terreno de Belgrano de Córdoba en el partido de ida por la pasada Promoción?
Seamos lógicos (es la solicitud más difícil para la dirigencia argentina) y dejémonos de ridiculeces. El hincha de Olimpo escupió, las cámaras lo atraparon, castíguenlo. Háganlo de forma coherente porque imposibilitarle que vaya a ver a Olimpo por el resto de su vida, es una estupidez astral. Hay cosas demasiado más importantes de las que ustedes, dirigentes, deben ocuparse.



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