Wednesday, August 10, 2011

Resultados que engañan


Se termina la pretemporada. Estamos a horas del inicio de una nueva campaña que, en España, comenzará a todo trapo porque las puertas se abren desde el Santiago Bernabeu con un Clásico, con un Madrid-Barça, con un trofeo en juego, con una Supercopa, con promesa de guerra, de lucha, de fútbol, de emociones.
Probablemente exista quien piense que a partir de los resultados cosechados durante los amistosos pueda obtenerse alguna conclusión y son los entrenadores los que miran los “resultados”, pero a estos, no emparentados con el marcador del partido sino con los desempeños individuales de sus hombres, de los componentes del plantel. Es momento de analizar a los refuerzos, a los juveniles, momento para plasmar los ensayos, llevar a la práctica lo ejercitado.
Me preguntaron, en estos días, si finalmente Real Madrid logrará cortar la hegemonía del Barcelona y es una interrogante difícil de devolver. Los merengues no han tenido adversarios de peso y eso es tan cierto como que han ganado todo lo que enfrentaron en este período previo al año futbolístico. Cuando hablo de adversarios que no fueron de peso lo hago desde el respeto. Hay una realidad y quien no la vea tendrá que refutárselo así mismo y habla de que los clubes que chocaron contra los gigantes de España están en otro ritmo, un nivel menor al que muestran Barcelona y Real Madrid cuando sus motores se ponen a punto. Cuando se lo proponen, no se puede contra estos dos. Si se quiere abrimos un paréntesis para destacar que al Barça le dieron un toque de atención. No le anotaron cuatro goles por primera vez porque en algún momento algo así hizo el Atlético de Madrid aunque por los “porotos” (los puntos). Sí fue la primera vez que un conjunto logra imponerse al blaugrana de una manera tan abultada desde que Josep Guardiola es el orientador táctico. Chivas vapuleó al Barça, lo cacheteó con un 4 a 1 que es, repito la frase de Pep, un toque de atención. Guardiola tiene alma culé y el mismo le brinda la amplitud de saberse un entendedor de la filosofía de la entidad catalana y el prestigio -que cuesta tanto acopiarlo- puede perderse velozmente. Está bien que el Barça no va a dejar en el camino sus reconocimientos de más de un siglo de vida por una caída en Miami contra el Rebaño Sagrado; pero hay libertades que no deben permitirse y menos en un plantel que se jacta de ser el mejor del mundo. Conté con la posibilidad de estar en el estadio y lo que me alarmó no fue el score final. Lo que me alarmó, sinceramente, lo que llamó mi atención fueron las pocas ganas con la que los juveniles del Barcelona se mostraron y la incapacidad que revelaron ante la adversidad, no pudiendo revertir un marcador al que se aterrizó por una ráfaga de buen manejo y de inteligencia en la transición ofensiva del rival. Todo lo anterior se sumó al poco amor propio que se esgrimió en el rectángulo de parte de futbolistas que deberían dejar la vida en cada pelota si es que pretenden ser considerados por Guardiola. Después se quejan cuando el entrenador no les da el lugar que ellos creen (equivocadamente) se ganaron. Por lo que se vio ante el club mexicano, ninguno de los que habitualmente no son titulares en el Barcelona tiene la oportunidad de un mínimo reclamo al DT. Deberán remar desde atrás.
Cuidado que no voy a poner en tela de juicio el arranque de la actividad del Barça por un partido. Sería un movimiento poco inteligente de mi parte… hasta inaceptable diría. Barcelona está armado, hace años viene armado, siendo compacto, demostrando un fútbol que a algunos puede gustarle más, a otros menos, aburrido si acaso cuando monopolizan la pelota, efectivo sin dudas. Un fútbol que es ejemplo de cómo hay que moverse con y sin el balón; y con un plus superlativo como la aparición de una terna de ensueño con Iniesta, Xavi y Messi.
Real Madrid ha vivido una preparación muy sólida. Incorporó bien. A diferencia de años anteriores quizá los nombres no fueron rimbombantes, sí buenos. Fabio Coentrao como punto alto y uno que no es nuevo pero que maravilló a quienes viven la vida diaria del Madrid como Karim Benzema.
En planes galácticos, Florentino Pérez es un número uno. Por su historia, por la ambición, por idiosincrasia, Real Madrid necesita ganar ya que las victorias están en el ADN del club. El fanático, el madridista de alma, no concibe que el reinado del archienemigo esté en pie. De alguna forma, sea con el paladar negro histórico o con el tacticismo de Mourinho perseguirán el ideal de quebrar la sonrisa ajena. El orientador luso ya acostumbró al Bernabeu que jugar bonito no es de la única manera que se puede actuar. Que hay aristas, otras vías, canales que escapan a lo romántico. También ensuciarse es jugar al fútbol, también trabar con la cabeza es jugar al fútbol, también no buscar ser ofensivo durante los noventa minutos es jugar al fútbol. Hay un sueño que persigue el Madrid y es la “décima”, así se la define a la Champions League desde Chamartín. Son nueve y hace años que el remar, el querer, los sueños quedan truncos. Con Mourinho la mentalidad trocó y ese golpe por golpe del año anterior volverá a verse, puedo olerlo. Entonces después de varias líneas llego a una conclusión, simple, porque así es el fútbol aunque los protagonistas intenten no ratificar la hipótesis, y es que la única manera de comenzar a saber que ocurrirá entre ellos es verlos en acción, frente a frente, al uno contra el otro. No hay vía posible, factible, más allá de eso.
La temporada de España se abre al mundo y con un clásico… en realidad con “dos”. ¿Puede pedirse algo mejor?

No comments:

Post a Comment