Friday, June 10, 2011

Clembuterol veloz


La mastiqué. La soporté y me la guardé. Y la seguiré teniendo en mi cofre más seguro e íntimo. Hablo de la bronca. En realidad debería expresar que es impotencia. Es que se me rieron en la cara, infinidad de veces, por lo ajeno. No me lavo las manos ni me deslindo de él, porque me creo capaz y consciente de  que voy a defenderlo a capa y espada. A él le dieron, le dieron, se le rieron y lo pisotearon a más no poder.
Lo que puedo asegurar es que, a quien escupe para arriba, le cae. Y cayó. De una forma fea, grupal. Porque no le tocó a uno el papelón. El ridículo fue generalizado. ¿De qué van a disfrazarse ahora? Será tiempo, para muchos, de desenterrar los trajes de charro y sus sombreros. A quienes atacaron a él, ahora tendrán que ponerle la mejilla a las bofetadas. Y lo peor que le pueden hacer a un ser humano: obligarlo a cerrar la boca, a callarse, a masticar y digerir las palabras.
A no malinterpretar creyendo que me rio de la desgracia de los otros. Me da lástima, bronca, pena, enojo.  Me entristece por los jugadores, por Ochoa, el Maza, Dueñas, Sinha y el Hobbit. Realmente lo siento por ellos porque fueron solo un puñado que, por sorteo, por suerte (debería escribir mala suerte), se encontraron como elegidos de un control que, ciertamente, valoro y comparto.  No estoy en contra de los exámenes antidopaje porque un resultado negativo en uno puede tirar por la borda el trabajo del plantel. Veo correcto que se realicen y que a los profesionales se los someta a normas estrictas, a cumplir –simplemente- con parte de su labor que es mantenerse en óptimas condiciones físicas y en plenitud para la alta competencia.
Existe un problema y es que se apuntó a un quinteto que no es el responsable de haber consumido el alimento que le dieron. Un alimento que cargaba con una sustancia prohibida. Los futbolistas comieron carne contaminada con un elemento que, en los animales, se utiliza para incrementarles la masa muscular.
A los cinco mencionados anteriormente se los ubicó debajo de una lupa, en un sitio donde no deberían haber estado jamás.
Acá, en este caso de dóping penta-angular, la culpa debe caerles a los dirigentes. Se lavan las manos opinando de esto, de aquello, de lo otro… y a los jugadores, finalmente, los tratan como delincuentes.  Convengamos que cuando surge el término dóping con lo primero que se lo relaciona es con la droga. Ahí, el público es el que no tiene reparo a la hora de las concesiones ideológicas, de pensar lo que quiera, lo que se le ocurre, emparentando al drogadicto con la delincuencia. Mal, erróneo, utópico.
Número uno; estos futbolistas no se drogaron solo son protagonistas de un hecho desgraciado.
Número dos; en el hipotético caso de que alguno de ellos quiera utilizar una droga social, mientras no perjudique a terceros, ¿cuál es el problema?
Cada cual es libre de hacer con su organismo lo que quiera y nosotros no debemos juzgar a un prójimo. En tal caso, si consideramos que no ejerce un movimiento inteligente, deberíamos tenerle una mano… o las dos.
La negligencia de este dóping colectivo es de Justino Compeán, Decio DeMaría y, de ahí, para abajo, hacia la raíz del árbol.
Pusieron sus rostros ante la prensa al verse encerrados ante la imposibilidad de esconder los “restos” debajo de la alfombra.
La medida inicial fue la de cesar a la empresa proveedora de carne al Centro de Alto Rendimiento Deportivo. Así de rápido, como quien toma una hoja de papel, la estruja y la tira dentro del bote de basuras.
En la primera ronda de la Copa Oro, donde se encuentra participando México, no hay controles antidóping, es por eso que hablé de los exámenes rutinarios previos a la competencia.
Lo que no está claro desde la dirigencia, es parte del mensaje. Evidentemente no todos los futbolistas fueron examinados porque, de lo contrario, más de cinco deberían haber estado en esta situación.
Cuidado y a no creer que no se los va a sancionar porque de ser encontrados culpables (cosa que espero no sea así) chocarían con una sanción que puede ir de un día de suspensión a dos años.
Desgraciadamente otra vez paga el jugador. Al control habría que llevar no solo a los futbolistas, ¿cierto?

2 comments:

  1. Diego, todo esto seria repetir lo mismo de tu articulo sobre el chicharo. Eso les pasa por BOCONES, por creerse la mama de los pollitos y seguiran siendo don nadies..!! Ahora no veo en las paginas webs y noticieros deportivos que bombordeen del tema como lo hacen con cosas de marketing.

    Eso es un golpe a la poca humildad que tienen los mexicanos que se creen dioses.

    Todo esto tambien es parte de la corrupcion que evidentemente hay en Concacaf y FIFA. Ahora trataran de tapar al muerto a ver si todos quedan como inocentes.

    Que verguenza..!!!

    Ojo, no tengo nada en contra de los mexicanos comunes, lo tengo con los pedantes, insolentes y abombadores de BS como lo hay de otros paises, pero en este articulo me refiero solo a los mexicanos que escupieron para arriba.

    Y ahora que diran del mejor arquero del mundo? del mejor delantero brasileno nacionalizado de todos los tiempos?. Dan pena..

    Que verguenza..!!

    ReplyDelete
  2. jeje q grande... cuanta razon hay en esas letras siga adelante don diego muy buen blog

    ReplyDelete