Friday, June 17, 2011

Lamentable tratamiento a Diego Forlán

Espero que la ruptura Forlán-Nara no genere ningún tipo de piquete en Argentina. Es que la palabra piquete se ha transformado en sinónimo de TODO. Por cualquier malestar (e incluso bienestar) en mi país se realiza el corte de alguna ruta, calle, vía. Se lleva a cabo un delito grave y la gente que debe hacer valer las leyes no ve. Ciertamente no es que no lo ven, esquivan la situación y concluyen fomentando la prohibición de la libertad de tránsito.
El piquete es una infracción. No sigo adelante con el tema del piquete porque voy a engranarme y así zambullirme en una rosca inexpugnable.
Más de una vez he dicho que no cargo la bandera de hacer periodismo de periodistas y hasta entiendo el “juego” de los programas de la prensa de espectáculos. Sinceramente lo entiendo hasta compartirlo en la mayoría de los casos. Existen temas en los cuales hay que reflexionar, ejercer un análisis no tan liviano y saber hasta donde vale o no esbozar opiniones.
La separación de Forlán con quien hasta hace pocos días era su prometida, despertó una guerra entre colegas de cada costa del Río de la Plata.
Hay dos sensaciones que ratifican mi pensamiento. Desde Uruguay, el periodismo maneja con altura el tema. Desde Argentina con una bajeza que no extraña. A Forlán lo trataron de homosexual (como si fuese un delito serlo ¿?), de poco hombre, de impresentable, de La Rubia… hasta de forro. Hubo un “muñeco” (no le da, siquiera, para personaje) que pertenece al programa conducido por Viviana Canosa, y del cual gracias a Dios desconozco su nombre, que dijo que si Forlán había hecho tal o cual cosa, era un forro. ¿Quién demonios es ese pseudo-periodista para expresarse así de un tipo al que no conoce en profundidad?
Oí, leí, padecí locuras tales como “Zaira dejó su carrera por seguirlo…”; ¿Qué carrera? ¿Haber sido presentadora de un programita de TV es una carrera? ¿Tener la fortuna de poseer un cuerpo hermoso, un rostro impactante y una sonrisa que derrite es asegurarse una carrera?
Que quede algo claro. No tengo nada en contra de la niña y, ojalá, realmente se haga un camino profesional. Que pueda vivir años de su físico e intelecto. Tampoco soy abogado defensor de Forlán ni me interesa serlo. Ocurre que me lastima cuando se castiga desde todos los “wines” a personas con las que no mantuvieron el mínimo contacto.
Sería magnífico que se hiciera pública la declaración a un programa radial de Uruguay de un futbolista como Fabián O´Neill. El Mago salió al aire y le consultaron sobre la situación de Forlán. Palabras más, palabras menos, el de Paso de los Toros dijo que él no es amigo de Forlán ni jamás lo será. Que Forlán es fino, educado, tiene una preparación que él no tuvo. Que Diego no es del grupo de los “pibes” que se juntan a tomar vino. Que Diego es un profesional con todas las letras y que Diego siempre está dispuesto a ayudar a los que lo necesitan. Entonces, es lógico que Diego Forlán no fuese integrante del grupo de O´Neill pero Fabián especificó que pone las manos en el fuego por el actual delantero del Atlético de Madrid.
En casos como el de Forlán-Nara uno cae, inconscientemente, en la generalización pero no todos los programas actúan bajo los mismos parámetros. El desconocimiento de muchos los deja en evidencia.
Nosotros, los que trabajamos en el deporte, no nos mezclamos con la vida personal de cada uno de los protagonistas. Se comentan cosas, claro que sí, pero lejos del micrófono. Cuando la luz se enciende y vamos al aire, uno juzga o no el accionar del futbolista a partir de que realiza su trabajo, a partir de hacer lo que sabe, es decir su tarea profesional. Con la mejor intención siempre se habla para criticar constructivamente y no dejando de lado la ética, no olvidándonos de que ante todo hay un ser humano y por el mero hecho de serlo le debemos respeto.
Ustedes nunca leerán ni escucharán de mi parte alguna especificación de cualquier deportista más allá de lo que tenga que ver con su labor. Si me explayo es porque mi trabajo así lo requiere. Informo, opino, debato… jamás fuera del círculo que comprendo.
Si Forlán no se casó, tendrá sus motivos. Si Zaira lloró, también los poseerá.
Se aproxima Copa América, se jugará en Argentina y espero que el hincha del fútbol no se mimetice con el desempeño de una fracción del mal llamado periodismo. Porque lo que se vio no fue un movimiento de prensa, fue un ataque indiscriminado contra una persona que no merece ser objetivo de los agravios recibidos.
¿Estaremos en presencia de un caso Botnia II? ¿Qué exagero? ¿Están seguros? Miren que en Argentina, mi país, lo más ridículo es moneda corriente.                                                           

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