Thursday, June 2, 2011

Prestigio se busca

Empezar otra vez. Borrón y cuenta nueva. Comenzar a escribir la historia, o un capítulo distinto mirando en el espejo los recuerdos de algún tiempo en el que las cosas se hacían bien –o más o menos bien- y, unidas a la producción de futbolistas de nivel, como consecuencia, permitía a la Selección de Argentina llegar a pelear por títulos.
Vivimos del recuerdo y de las alegrías añejas, que afloraron pero han perecido. De sonrisas generadas por imágenes de hombres que en la actualidad se desempeñan en cargos distintos ya que sus eras post-fútbol los transformaron en dirigentes, entrenadores, representantes o transitan la vida en actividades diferentes al deporte.
La Argentina viene de mazazo tras mazazo. De caer en finales de Copa América, de quedar fuera de mundiales; justamente. La Argentina viene de no ratificar lo que se cree del combinado albiceleste previo al inicio de un torneo. Se piensa que Argentina es candidata, que será protagonista. Ocurre que hay que medir los parámetros de la subjetividad para ver qué es lo que significa ser protagonista. Probablemente para algunos de ustedes, que Argentina llegue a los cuartos de final o semifinales de un campeonato, está bien, está dentro de la lógica. Desde mi perspectiva, el no ser campeón es fracaso. Lo es para una selección que supo alzar la Copa del Mundo en dos ocasiones. Hablo de parcialidad de parámetros en cuanto a la postura en la que me poso porque cuando se atrapa el objetivo de mostrarse al universo como el rey, es imposible concebir un ápice menor. Y la Argentina lo hizo dos veces en el nivel superior y varias más en categorías menores.
Argentina jugó un partido amistoso contra Nigeria el día 1 de junio de este 2011. Lo hizo de visitante, lo cual es un dato realmente menor pero netamente informativo. Lo hizo para cumplir con compromisos que se pactaron hace tiempo y por el cual ingresa una interesantísima suma de dinero a la cuenta bancaria de la AFA.
Argentina presentó una selección Sub25. Es la primera vez en mi vida que escucho el término “Sub25”. Un Sub25 significa de hombres menores al cuarto de siglo de existencia. Entonces estamos en presencia de tipos hechos, medianamente realizados, con un recorrido que les ha abierto las puertas de un llamado. Un llamado que actualmente puede recaer sobre el apellido más inesperado. De eso me ocuparé algunas líneas más adelante.
Volviendo a la Sub 25, no hablo de una nueva categorización, hago referencia a una versión “B” de la selección principal. Pensándolo bien, ni siquiera debería animarme a exponer que era un equipo alternativo al titular. En todo caso la opción al mejor once que podemos formar sería compuesta por los suplentes de aquel de los titulares.
Argentina perdió contra Nigeria y hasta ahí no hay que hacer explotar ninguna alarma porque una derrota está dentro de las tres opciones del resultado de un partido de fútbol. Invencibles no fuimos jamás y tampoco lo seremos nunca. Lo que realmente es inevitable  es esquivar el 4 a 1 final; la goleada, el vapuleo, la humillación.
Los jugadores no son culpables del resultado del amistoso. Quienes saltaron al terreno están lejos de merecer alguna responsabilidad. Se debe juzgar la maniobra errónea de Batista. Ese mismo Batista que se vio enroscado en un ida y vuelta con tintes circenses entre él y Carlos Tévez. Ese Batista que armó un plantel que habrá tenido dos entrenamientos. Ese Batista que declara con bipolaridad, que genera confusión y que se llena la boca diciendo que pretende que su escuadra practique un fútbol similar al del Barcelona. Habrá que avisarle, al señor Batista, que el primer paso para asimilar el desempeño de los culés es asegurarse la tenencia del balón, monopolizar el dominio de la pelota, cambiar de ritmo y ser punzante. La Argentina que chocó contra Nigeria no exhibió nada de todo lo anterior. No tuvo el balón, no hilvanó maniobras, no fue profunda. Y chocó contra Las Águilas.
Les prometí, anteriormente, que dedicaría un espacio sobre el llamado a algunos componentes que no tienen nivel de selección pero que hoy sí consiguen un lugarcito. Veo que cada vez se simplifica más y más el camino rumbo a una citación al combinado nacional. Que con poco alcanza. Entonces me armo de una pregunta que no puedo responderme: ¿será que no formamos jugadores de buen nivel? La selección abandonó el barco de los elegidos, ya no es esa isla exclusiva de los diferentes.
A Batista le doy la derecha en algo. Declara con firmeza que apunta al Mundial, a Brasil 2014. Lo que haya en medio es secundario. En un punto sí, es así. También creo que Argentina deberá ir a recuperar el cielo nada más y nada menos que en Brasil, el hogar del más ganador, de los mejores de la historia. Materia difícil si las hay.
Igualmente no miraría de costado la Copa América. Soy consciente de que Batista tampoco la está observando displicentemente. Está obligado a ganarla porque será local, porque tendrá el apoyo de la gente, porque es un puntapié inicial para la resurrección desde un silencio de casi dos décadas. Si es campeón volverá, la Argentina, a la cúspide de Sudamérica tras el back to back de 1991 en Chile y de 1993 en Ecuador.
El fútbol argentino danza en la irregularidad, en la desprolijidad, en la merma cada vez más notoria.
Tienen que ponerle un freno a esta caída incesante y el camino no es soñar con la magia del mejor del mundo, de Lionel Messi.
Es fundamental el trabajo y tener hambre de gloria… que los que creen ser íconos se planten como caudillos. De no aferrarse a esto, nada cambiará… solo empeorará.

1 comment:

  1. Buena nota, me gustaria ke tambien te acuerdes de el punto de vista de los hinchas, los jugadores estan, pero tecnicamente no tenemos mas de dos tecnicos (Bianchi, Cuper, para mi) a la altura de armar un equipo para salir campeon, Siguen pasando generaciones de jugadores, y siguen llendose posibilidades, en una epoca era un orgullo llevar la camiseta de la seleccion ahora parece ke cualquiera puede ser DT y se olvidan de la tactica (trabajo) parte o gran parte del exito del Barça de Pep, no voy a hacer nombres de futbolistas, ni de periodistas, pero cuando llegan algunos arqueros algunos defensas, es siempre un misterio, pero se desgarran las ropas cuando los hinchas le ponen el pulgar para abajo a alguno de sus favoritos, buena nota otra vez.

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