Sunday, June 26, 2011

Testigo de la historia: descendió River


Tengo treinta y ocho años y crecí envuelvo en una rivalidad contra River. Crecí así por mi condición de Xeneize, de hincha de Boca, que navegó el fanatismo y que, en realidad, siempre me preocupé más por saber que a Boca le fuera bien y no deseando el mal de los de enfrente. Este domingo, en la piel del hincha, no pienso diferente.
Siguiendo con el traje del boquense, me invade una sensación extraña. Como mínimo inaudita. Padezco cierta desazón. River no jugará, al menos por un año, el Clásico contra nosotros. En el fútbol argentino, los bosteros, nos quedamos sin el partido esperado, sin la reunión imperdible, sin ese momento cultural imposible de explicar pero perfectamente entendible si uno posee la posibilidad de ser testigo del mismo.
Voy desde el periodista. River no descendió porque no ganó ningún partido luego de la caída con Boca en este Clausura que acaba de cerrarse. Lo de River viene de hace tiempo. No puedo embaucarme en la encrucijada de dialogar sobre los movimientos dirigenciales porque desconozco la vida del club. Hablo de lo que veo y lo que vengo percibiendo es lo mismo que ustedes. Terminar último en un torneo, la contratación de entrenadores que no lograron sacar a flote a planteles con jugadores profesionales que demostraron no estar a la altura de un grande como River Plate, subestimación a los contrarios, el sobrar las situaciones, la soberbia de creer que con dicho patrimonio alcanzaba. Y River no puede echarse en los laureles del conformismo porque la historia requiere que sea protagonista. En unos meses deberá pensar en ser protagonista de la B Nacional, torneo más difícil que el de la Pimera A.
River es partícipe del fútbol de Argentina donde el sistema del campeonato ayuda a interpretar que es mucho (pero realmente mucho) más fácil salvarse de descender que permanecer en la máxima categoría. Cuando se piensa en los campeonatos como los de Italia, España, Inglaterra, Alemania, Francia, por citar algunos de los más poderosos, saber que si uno tiene un año malo puede significar el pasaporte a actuar en la segunda división en un año. A River el sistema de Argentina le jugó a favor. Le dio tres años de oportunidades a los “Millos”.
Estamos transitando una pesadilla de la cual, probablemente, todos los amantes del fútbol queramos despertarnos. El inconveniente es que, en ocasiones, esas alucinaciones se dan cuando uno está despierto y no vencido por el sueño.
A mí no me surge el NO LO PUEDO CREER. No me nace porque como se venía dando todo era previsible que el descenso de River era factible, palpable… tan tangible que se hizo real.
Realmente es imposible para alguien que no es argentino entender como se vive el descenso de categoría futbolística en mi país. No crean, por favor, que los estoy tomando como limitados, para nada. Es la idiosincrasia, la naturaleza de nuestra manera de vivir. Se juega como se vive. Se vive con furia, se toma al fútbol con furia.
El fútbol es un reflejo de la sociedad y el domingo se ratificó esta hipótesis con los destrozos en el club, en el barrio y alrededores.
En lugar de solicitar la cabeza de Daniel Passarella quien tomó un club vacío, quebrado, desesperado, me encantaría oír la palabra de los técnicos que condujeron tácticamente a los planteles desde que comenzó la debacle. Estoy haciendo referencia a Diego Simeone, a Néstor Gorosito, a Leonardo Astrada, a Àngel Cappa. Que ellos den la cara, que ellos sean los que expongan los “por qué” de este deceso de uno de los clubes más importantes de Argentina y del mundo. Un club que siempre fue ejemplo. Un club que contó con los mejores jugadores de la historia en mi territorio.
River ya está en la B. Empezaremos a desprender temas como si habrá que descontarle puntos a River por los incidentes. Hubo equipos que arrancaron con -20 puntos por acciones menores al descalabro vivido en el Antonio V. Liberti.  ¿Volverán, con el descenso de River, los hinchas visitantes a los estadios de la B y de todo el fútbol de ascenso?
Fue la crónica de una muerte anunciada (con el permiso del señor García Márquez) aunque hace años que River venía jugando peor que la mayoría.
Lógicamente la A los vas a extrañar. La B los espera. Los espera un torneo apasionante que le abrió sus puertas a todos menos a Boca e Independiente (por ahora).

2 comments:

  1. Muy putual y verdadero lo que apuntas Diego.

    Debo decir que como bostero, dentro de mi deseaba que River se fuera a la B,pero viendo el partido, debo decir que me dio mucha tristeza ver a sus hinchas sufrir, y me refiero a los que de verdad fueron a alentar y a ver a su equipo, al final si es triste, pero las cosas son así, y ojalá y los dirigentes de boca aprendan algo bueno de esto, y levanten al equipo, un saludo.

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  2. totalmente de acuerdo, no se puede solucionar en 120 minutos un problema que se venia arrastrando mas de 3 anios atras, soy hincha de river y me duele la situacion, ojala este descenso sea para el bien de river

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