Thursday, May 5, 2011

El único NENE estúpido que conocí

“Palermo es un tronco de higuera”. La frase pertenece a José Francisco Sanfilippo, nacido en Buenos Aires en 1935, ex futbolista de San Lorenzo de Almagro, Boca Juniors y Banfield. El apodo de El Nene le queda enorme. Porque nene, en Argentina y tantos otros países, se les dice a los niños, a los varoncitos, a tiernas criaturitas que encerrados en su inocencia son incapaces de ejecutar la maldad. Este idiota mediático debería ver como todos borramos ese seudónimo y, en todo caso, vernos en la obligación de llamarlo por su apellido si es que tenemos la necesidad de darle algo de difusión a un hombre que desconoce cual es la forma coherente de actuar o criticar desde lo constructivo.
Sanfilippo tiene varios problemas, seguramente, pero uno de los más abominables es que siente que en el fútbol argentino no hubo ni habrá alguien más importante que él. Al no tener trascendencia, al ser moneda corriente del periodismo amarillo, todavía tiene cabida en ciertos espacios de los medios. Pensar que un tipo como Martín Palermo es un tronco de higuera, en referencia a que es un pésimo futbolista, evidencia que de fútbol el señor Sanfilippo no entiende ni un gajo de la pelota.
Seguro que Palermo no tiene la ductilidad de un típico número 10 sudamericano, que puede ser tosco al moverse en ciertos sectores de la cancha. Hasta es cierto que muchas veces le cuesta devolver –redonda- una pelota. Lo que es imposible e inadmisible es que busque destruir a un atacante que anotó más de doscientos goles con la camiseta de uno de los clubes más importantes de América y el mundo.
Hay futbolistas que no se discuten y Palermo es uno de ellos. Una carrera ejemplar, con profesionalismo envidiable, como debería ser en todos los casos.
No es el primer ataque masivo en contra de sus coterráneos por parte de Sanfilippo.
Alguna vez tuvo un fuerte cruce con Sergio Goycochea luego de que la Argentina perdiera el famoso partido contra Colombia, por 5 a 0, en el estadio Monumental correspondiente a la eliminatoria rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994. Puso en duda, por entonces, la capacidad técnica y el trabajo de Goyco y el resto del plantel que, por entonces, guiaba Alfio Basile.
El fútbol de Argentina está atravesando un momento complicado. A la escasez de laterales, que desde hace años y años no se “fabrican”, se suma la iliquidez de zagueros solventes. Lo escribo con la mejor intención. No somos propietarios de defensores de elite porque es verdad que hay muchos actuando en Europa pero sabemos que hoy en día al Viejo Continente van muchos y triunfan pocos.
Martín está próximo al retiro dejando su huella en la historia de un país futbolero, generando lo que el 99% de los jugadores no logran, que es ser querido por todas las hinchadas. Y si querido no es el término, por lo menos expresamos que es respetado. Sinceramente, y analizándolo fríamente, es más importante ser respetado que querido… o, en todo caso, una cosa lleva a la otra.
Palermo tiene la grandeza que a Sanfilippo le falta. Y créanme algo. Me genera cierta incomodidad atacar, de la manera que lo estoy ejerciendo, a través de estas letras, a quien es un ícono futbolístico argentino.
Si Sanfilippo tiene alguna discrepancia con Palermo, sería óptimo que lo llame, busque la manera de encontrarse cara a cara con Martín y lo dialogue con él. Su cobardía no le permitirá, siquiera, pensar en esa opción.

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