Sunday, April 10, 2011

Valencia, goleada, emoción y tristeza

Una vergüenza. ¿Qué a Villarreal le hayan hecho cinco? No. ¿Qué recién a esta altura el Valencia haya jugado su mejor encuentro? Tampoco. Vergonzoso es que hayan pasado tres días y recién ahora escribo en el blog.
Lo que sucede es que uno puede tener ganas pero el tiempo posee otros planes. Entonces llega el momento en el que hay que sentarse a escribir, a contactarme con ustedes y la vida requiere de otras funciones.
Tuve algo de tiempo el viernes por la noche cuando moría el día. Los planes de escribir fueron abandonados por una ida al cine, a ver una película que me dejó la sensación de felicidad porque hacía rato que no me retiraba de una sala con el dulce sabor de haber presenciado un filme de esos que, al menos a mí, me sorprenden. La película en cuestión es The Lincoln Lawyer, con Matthew McConaughey, de quien debo decir que dejó de ser el típico actorcito carilindo para despegar vuelo demostrando que tiene condiciones para más. Para mucho más. La recomiendo, sinceramente. A quien siga la pequeña opinión y luego crea, entienda, que la película no le resultó de su agrado, tiene vía libre para el reclamo verbal. Acá se aceptan críticas. De hecho este espacio fue creado para la opinión, para la deliberación, para el intercambio de ideas.
Hablando de ideas, y volviendo al verdadero motivo de este blog, fueron las luces las que se le escondieron al Villarreal en el partido contra Valencia. Un Valencia que comenzó la tarde noche del Mestalla con un emotivo adiós al padre de Vicente Guaita, quien falleció el fin de semana pasado debido a un fulminante paro cardíaco, que no le dio la oportunidad, siquiera, de defenderse. A los 46 años se le apagó la vida a un hombre que tenía un mundo por vivir. Vicente estaba sentado en el banco, sector que dejó de ser habitual para él porque supo ganarse por actuaciones personales el lugar de titular de los Che. Su semblante fue elocuente. No estaba en condiciones de jugar. A veces los reconocimientos con buenas intenciones actúan en contra y vimos eso. La ceremonia previa, con suelta de palomas, lo partió más que el destino.
Algunas muecas que no llegaron a ser sonrisas pudieron verse en sus labios porque Roberto Soldado lo abrazó tras la apertura del marcador; porque Juan Manuel Mata también lo celebró con él; porque percibió, si hasta ahora nunca lo había notado, que en la columna del haber guarda el cariño del público del Valencia. No hablamos de cualquier institución sino de una de las más importantes de España y del mundo. Así fuese la más chica de todas las entidades, sentir el cariño de la gente no puede explicarse. Hay que vivirlo. El mundo es generoso con algunos de nosotros. A mí me pasa. Aparecen personas que me agradecen por mi trabajo, que se entretienen con lo que hago, con lo que doy y, verdaderamente, espero que nadie me pregunte que es lo que siento porque no sabría para donde arrancar si me detengo en la encrucijada de responder. No se que es lo que hago hablando de mí cuando quería referirme al muchacho del Valencia que, reitero, tuvo el mejor partido de la temporada 2010-2011. Un Soldado implacable, incapaz de fallar y letal cuando encara hacia el arco rival. En el primero suyo, la apertura ante Villarreal, picó al vacío usufructuando el tardío paso delante de un Mateo Musacchio no aclimatado a la zona del primer central. Me detengo para esbozar que Juan Carlos Garrido me desorientó al ubicar a Kiko Olivas como segundo zaguero, detrás de una ¿innovación? El quinto del Valencia, también fue de Soldado quien certificó su capacidad de exquisito. Cara a cara, otra vez, con Diego López y una vaselina que descansó en el fondo del marco rival.
La exposición del fútbol de los Murciélagos se vio en el segundo gol. Arrancaron desde su campo; la pelota pasó por Luis Miguel Brito, Ever Banega, Pablo Hernández, pared de Mata con Ever y definición del 10 para gritarlo alto… para clavar la estaca en el corazón del Villarreal.
Los cinco tantos fueron simétricos. Soldado, Mata, Banega, Mata, Soldado. “Manita” valenciana, goleada, emoción y tristeza. Y desconsuelo por partida doble. En primer turno por Guaita a quien, desde mi humilde blog le mando el abrazo más grande que un tipo normal le puede dar a quien tiene todo para ser una estrella del fútbol mundial. En segundo escalón para Villarreal que volvió a ceder ante un rival directo pese a que uno entiende que la mente está puesta en la Europa League, donde ve muy cerca las semifinales pese a que le resta el partido de vuelta de los cuartos de final. 

1 comment:

  1. Yo creo que no fue la mejor cara la mostrada por el Villareal con el 5-0. Si eres contendiente a un título tan importante como la Europa League, debes dar ese aire de respeto y señorío que todo campeón debe inspirar. El submarino se merece por el fútbol que ha venido desplegando en los últimos años un titulo, la Europa League sería perfecta para el Villareal, pero desde el hermano país ibérico también vienen pujando con fuerza Porto y Benfica. De películas ni le hablo Diego, soy monotemático, solo sports .. Saludos..

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