Sunday, December 11, 2011

NAVIDAD NADA FELIZ

Miro la tabla de posiciones del campeonato de España y veo al Barcelona líder, bajando otra vez de lo más alto a Real Madrid después de la victoria por 3-1 (o 1-3 como dicen por España a partir de que es del visitante) ante el rival de todos los tiempos, al que supuestamente llegaba mejor, al que soñaba en cortar definitivamente la supremacía blaugrana en el mano a mano.
Espío una vez más la tabla y sé que ese Barcelona líder tiene un partido más que los de José Mourinho, que de ganar el próximo fin de semana contra Sevilla, volverán a ver a todos desde arriba y que los ubica en la cómoda postura de saber que el éxito depende solo de ellos y no de terceros.
Por ese costado debería haber tranquilidad en la “Casablanca”; no la hay. Barcelona, una vez más Barcelona, desestabilizó todos los departamentos del edificio Merengue, logrando que La Liga vuelva a ser de dos, porque esa es otra realidad, el campeonato español volvió a ser entre blancos y culés. Real Madrid tiene la capacidad de superar a cualquiera de los otros dieciocho rivales. Solo con uno no puede. Es sabido que tarde o temprano la historia dará un vuelco ya que  las rachas nunca fueron ni serán eternas. Del otro bando cuando aprietan el acelerador apabullan. Existe una superioridad futbolística, es cierto, pero la verdadera diferencia es mental. La cabeza del jugador del Barça puede destruir hasta el obstáculo más difícil.
Estaba todo dado como para que la celebración se quedará en El Paseo de la Castellana. El ambiente, el ruido, el aliento, el gol a los 22 segundos de haber comenzado el partido siendo el más rápido de la historia en El Clásico… las ocasiones de Cristiano Ronaldo que no se vistieron de festejos como rectificándonos a los que nos maravillamos con lo que hace el portugués cada vez que actúa. Real Madrid desperdició eso, no golpeó al Barcelona cuando lo tenía groggy y pagó carísimo.
Del partido en sí podemos analizar millones de aristas. Que en los movimientos tácticos Pep Guardiola volvió a derrotar a Mou no debería asombrar a nadie. No pasa por creer que uno es mejor estratega que el otro. Los dos son catedráticos en lo suyo solo que, en el cara a cara, Guardiola exprime un jugo en los “niños” que el de Setúbal no logra obtener.
Es muy interesante verlo y escucharlo a Mou en sus apariciones ante la prensa y como buen ser humano, también la pifia. El atribuir la victoria del rival a la suerte fue un manotazo de ahogado de un narcisista desubicado incapaz de reconocer las virtudes del contrincante. Lo estupefactos que nos dejó cuando explicó que no quería atacar al referí porque no había tenido la oportunidad de ver por televisión la reiteración de la jugada en la que Lionel Messi podría haber visto la segunda amonestación y la consecuente roja, lo tiró a la basura con la minimización a un plantel que a excepción de la final de la Copa de su Majestad el Rey, lo quebró en mil partes.
Insisto en que podría escribir de cientos de situaciones que regaló el Clásico, riquísimas para el análisis periodístico pero les aseguro que estaríamos hasta pasado mañana. Entonces es que decido emplear tinta en dos asuntos más.
Entiendan, de una vez por todas, los que quieren gambetear la realidad, que de futbolista a fenómeno hay una ruta extensísima que la mayoría no logra finalizar en sus vidas. El Madrid goza de muy buenos componentes pero escasas estrellas. Tengo un barullo en la cabeza que gira al ritmo de una lavadora. Cuando fui crítico del Real Madrid apareció el grupo y entonces yo mismo pensé que se había manifestado el verdadero conjunto que se comería crudos a todos, hasta al mismísimo Ballet Blaugrana. En la cresta de la ola el agua se abrió y cayó estrepitosamente al vacío. Háblenme bien de Marcelo, Sergio Ramos, Özil, Benzema, Higuaín o Di María… háganlo. Por favor, no los transformen en emblemas del Madridismo porque les falta carácter para serlo. Las insignias de los Vikingos son Iker, Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo. Me permito la licencia de Kaká porque no sería objetivo. A mí Kaká me puede. Es uno de mis favoritos a nivel mundial y, de hecho, entiendo que debió haber sido titular. Kaká estaba para jugar, de lo contrario no hubiera saltado a0l campo de juego como pieza de recambio porque Mou puede poseer cierta locura pero hasta la incongruencia no llega. Mucho menos digo que de haber estado Kaká desde el pitazo inicial el Madrid hubiese ganado. No lo sabremos jamás. Es anecdótico e indescifrable.
Voy a cerrar haciendo referencia a Cristiano Ronaldo a quien los hinchas Merengues apuntan sin piedad durante estas horas. El de Funchal es un elegido, es el toque diferente, el distinto, el capaz de unirse al elitista grupo de dos de los campeones del mundo anteriormente nombrados. Es injusto que carguen contra Cristiano. Ciertamente no fue su mejor partido…¿y los demás?
Cristiano no estuvo fino, el arco de enfrenté se le cerró, no aportó la lucidez de otros combates; ok. De ahí a silbarlo, a responsabilizarlo de la derrota, no es lo apropiado. Los demás vestidos de blanco, exceptuando a Alonso y Casillas, no surgieron de trincheras imaginarias que fabricaron en el césped del Bernabeu.
Creo que más allá de poder escapar del Ramón Sánchez Pizjuán con los tres puntos la Navidad del Madrid no será feliz. Gran parte de España está derrotada, abatida, desanimada y en el árbol esperan que Papá Noel les deposite el regalo que dentro del paquete acarree una futura victoria contra el Barcelona y la posibilidad de anhelar un título o más.
¡Abrazo para todos!

Wednesday, October 26, 2011

Ahora sí hay un nuevo Real Madrid

Al ver jugar en las últimas semanas al Real Madrid uno no necesita ser un científico para percibir que “este” Real Madrid es diferente al de temporadas anteriores e incluso al que comenzó la campaña 2011/12. Es imposible saber hasta donde podrá llegar, si es que el éxito será total o sumará frustraciones a las que acopió en el pasado reciente. Por como se está desempeñando el grupo uno tiene que pensar positivamente. Real Madrid cambió su cara, se ha puesto el overol y está mostrando un fútbol de alto vuelo.
Dicen que un grupo sólido se construye desde atrás hacia delante y en este sentido José Mourinho no se vio en la obligación de ir colocando ladrillo por ladrillo, sino que debió acomodar las piezas con las que contaba. La renovación del Merengue da su puntapié desde la línea más avanzada. Gonzalo Higuaín y hasta Karim Benzema –cuando le toca ser titular- se comprometen a ahogar al rival. Lo mismo hacen Cristiano Ronaldo, Kaká, Ángel DiMaría o Mesut Özil. El que se involucren en una presión vertiginosa para apoderarse de la pelota rápidamente aliviana la tarea de los medios de marca como Xabi Alonso, Sami Khedira, Lass Diarrá o Fabio Coentrao. Posiblemente la zona más endeble de los de Chamartín sea la última, la previa a Iker Casillas, aunque no se nota. Y no se percibe porque cuando los adversarios logran romper los cerrojos anteriores llegan deteriorados, incómodos, flojos para acarrear peligro al marco del capitán.
Real Madrid está definiendo los partidos en los primeros tiempos. Es decir, hace el gasto desde el arranque, arriba al objetivo de un colchón de tranquilidad devenido en goles y luego maneja los hilos de la marioneta a su gusto.
Al margen de esos gustos, porque ahí entra a jugar la subjetividad, hay que especificar que Real Madrid tiene una columna vertebral sólida. Y ese eje del cual está sacando provecho al máximo se vio bendecido con el despegar futbolístico, tras meses y meses de ausencia, de Kaká. Porque Kaká estuvo cuando lo invitaron a jugar, porque se esforzó para demostrar pese a que las lesiones lo cachetearon hasta dejarlo groggy y no agradaba, no engranaba… Kaká está volviendo a ser. Es una ventaja incalculable para Mou. La opinión general durante la pretemporada hablaba de que el máximo refuerzo del Real Madrid era Benzema, porque sus goles en los encuentros de preparación para lo que se venía hacían creer que finalmente el francés explotaría. Alternó buenas con las de las otras hasta que resurgió Higuaín y entonces desplazó de la titularidad al oriundo de Lyon siendo el ex Olympique el hombre de alternativa de Mourinho y, a la cancha, el número 20.
El verdadero refuerzo resultó ser Kaká. Es el brasileño, sin terreno para la discusión, el que aportó su mejor fútbol y eso que no llegó al techo, que todavía no es el Kaká que enamoró al Milan cuando actuaba para el Sao Paulo, ni el Kaká que sedujo al Madrid cuando triunfó en el rossonero. Lo del de Gama es una bendición para el Madridismo. Está rápido, fino con el balón, solidario y, además, hace goles. Su sociedad con DiMaría y Cristiano Ronaldo es un arma letal.
A propósito de Cristiano Ronaldo muestra una cara desconocida en este Real Madrid. Cristiano ha alejado de su vida la desesperación por ser el hombre-gol. CR está más participativo y toma como prioridad el asistir, el jugar en conjunto, y así y todo se lo ve al tope de la tabla de anotadores junto con su “acérrimo rival”, Lionel Messi. Contra Villarreal perseguía su grito número 100 con el uniforme del Real Madrid y no llegó. Caerá en los próximos días, eso está claro. No fue bueno lo de Cristiano Ronaldo ante el Submarino y retrocedió a los segmentos en los que su hambre por hacer todo le pateaba en contra.
Real Madrid destroza a los contrarios. El punto de inflexión lo marcó la caída contra Levante cuando en el Ciutat de Valencia cedieron ante el sorprendente puntero de La Liga. La prensa española habla de que el Madrid se conecta al “modo caníbal” y nadie escapará del famélico conjunto de la capital de España.
Por el Santiago Bernabeu sueñan con quebrar la hegemonía del Barcelona, con el torneo local y también la Champions League. Resta tiempo para ir tachando cada una de esas metas aunque el engranaje de la naciente máquina de fútbol hace que sus fanáticos ya se vean frotándose las manos.
¡Abrazo para todos!

Monday, September 19, 2011

Sin Cristiano es uno más


Frente a Levante quedó en evidencia que existe una diferencia enorme cuando el Real Madrid cuenta con Cristiano Ronaldo y cuando no lo tiene a su as. Por lo visto desde que arrancó esta temporada me inclino por entender que el cuadro merengue necesita imperiosamente de la presencia del portugués, de lo contrario pasa a ser un equipo más, con probabilidad de perder ante un adversario, en la teoría menor, obligado por el fixture a cruzarse en su camino. Le ocurrió en el Ciutat de Valencia contra los Granotas y, si no actúa el de Funchal, puede llegar a sucederle con asiduidad ante muchos más.
Esta versión de Real Madrid, dirigida por José Mourinho, posee tres puntos destacables y altos, con nombres propios: Marcelo, Xabi Alonso y el mencionado Cristiano.
El brasileño está yendo a más cada partido. Su nivel transita una cuesta ascendente y si bien ha descarrilado en algún momento, los arrebatos de locura no son moneda corriente en su vida profesional. Si los madridistas temieron por la partida de Roberto Carlos creyendo que les costaría encontrar un sustituto pueden dormir con la tranquilidad de saber que en Marcelo tienen a un lateral regular; regular porque es parejo (y para bien), porque no desentona en ninguna de sus presentaciones. De hecho, y no es un dato de relleno, Marcelo Vieira Silva Júnior no era del agrado de Mou. Cuando el entrenador pasó del Internazionale de Italia a España, pensó en que debía manejar un cambio en esa zona. Un momento de lucidez le hizo apretar el freno, no recurrir a la billetera administrada por Florentino Pérez y estudió a Marcelo. Comprendiendo que era idóneo para su visión del fútbol, Mourinho no necesitó indagar en el mercado. No despilfarró millones por un marcador de punta porque supo que Marcelo le daría más de una opción a la hora de una necesidad táctica y/o estratégica.
Xabier Alonso es uno de los futbolistas más intelectuales del planeta. Cada vez que lo veo en acción pienso que con el tolosarra me abro a descifrar que interpreta este deporte a la perfección. Alonso “entiende” el fútbol. Es prácticamente imposible que erre. Toca en corto cuando debe, hace que el balón esté en sus pies el menor tiempo posible, aporta la variación de ritmo y no con velocidad, sí con cambios de frente para abastecer al que aparece sin marca, tiene remate de larga distancia, maneja los hilos de la ofensiva siendo un volante de marca. Y sí, en él arrancan los avances del Madrid porque es Alonso el responsable de recuperar la mayoría de los balones que persigue el equipo cuando la pelota no está en poder de los blancos.
Regresando a Cristiano Ronaldo lo que aflora es una diferencia sustancial entre el portugués y los demás… los demás compañeros. Cristiano es el hombre gol, Cristiano es el epicentro de la generación de peligro, Cristiano es la velocidad, Cristiano es la garra, la tenacidad, el hambre. Cristiano es el diferente, es quien puede permitirle al Madrid soñar con el más allá. Habrá que ver hasta que punto soporta Cristiano Ronaldo porque, por ejemplo, pese a sus ganas no logró hacerse de la titularidad contra Levante después de lo que lo castigaron a mitad de semana en la jornada uno de la fase de grupos de Champions League. CR7 recibe golpes de todos los gustos y colores. Y si algo falta para definir a Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, es su guapeza. No me refiero a lo guapo estéticamente hablando sino a que no arruga, no se esconde, lo castigan se pone de pie y va a pedir la pelota. Su pegada es magnífica. Sus arranques irrebatibles, el dominio de pelota a la carrera, la fracción de segundos para anticiparse a lo que él mismo terminará realizando, catapultan a este joven a un territorio inaccesible para cualquiera de los otros mortales que entrenan a diario con él.
Permítanme volcar lo que me inundó luego del Levante 1 vs. Real Madrid 0 del domingo y entendiendo que realizo un juicio de valor hacia un grupo al que puede exigírsele siempre y que, supuestamente, cuenta con el repertorio para contraatacar.
Iker Casillas dejó de ser el indiscutido número uno de España. En estos tiempos está exponiendo falencias que acarreó (aunque en menor medida) a lo largo de su trayectoria. Iker no gana un “mano a mano”, no está caminando bien el área; no muestra claridad al verse obligado a manejar las piernas; sacando en largo la pelota va siempre a dividir y no cae limpia en uno que tenga de su lado. Iker ni siquiera responde bajo los palos como el arquero que maravilló a tantos. Tal vez esté pensando más en ordenar a su defensa que en tener que cumplir a rajatabla con tu rol.
¿Será que Casillas no confía en sus centrales? Puede que el interrogante se desate comentando que Pepe y Ricardo Carvalho son dos zagueros “inflados”, de los cuales se espera demasiado y devuelven muy poco. No son centrales de élite. Tal vez Carvalho supo obnubilar a millones en años anteriores a su arribo al Santiago Bernabeu pero sinceramente, desde que aterrizó en Madrid fue más vulnerable que confiable. Centrales de jerarquía vistieron la camiseta de Real Madrid y Pepe no tiene suficientes condiciones futbolísticas para ser un elegido. Evidentemente Pepe es un tipo tocado por la barita mágica. Con él en cancha Mourinho lleva las de perder porque su descontrol y su personalidad indescifrable son causa de preocupación si el equipo pretende cerrar los partidos con sus once fichas.
Sergio Ramos, un lateral del montón, del general. No niego que de arriba va bien, porque tiene cabezazo en las dos áreas. Ocurre que cuando lo encaran en el uno a uno desnudan las carencias del cuatro. Al Madrid no lo atacan demasiado pero cuando los rivales (al margen del Barcelona) se le animan, les provocan migrañas a los del Chamartín por una línea trasera endeble.
Sami Khedira vivió un Mundial 2010 bueno y la estela de su desempeño en Sudáfrica le abrió las puertas del cielo; porque imagino que nadie reprochará esta opinión. En su más remoto sueño Khedira se vio actuando en el Real Madrid. Para colmo Nuri Sahin llegó a la península Ibérica roto y Mourinho debió barajar y repartir las cartas. Cuando las expuso sobre la mesa, en un truco de su galera, encontró que a Fabio Coentrao jamás lo vio como un lateral izquierdo. ¡Vivo Mou! Para cubrir una nueva desinteligencia de la adquisición de un profesional NO apto físicamente, a Coentrao le hallaron un hueco en el doble pivote.  El ex Benfica es lateral por izquierda. Esporádicamente podría dar una mano fuera de su finca; de ahí a reinventarlo… Marcelo es intocable y así debe ser, entonces Coentrao se mueve donde Mou le indique o come banco.
Ángel Di María tiene rapidez, gambeta, explosión; de tanto en tanto anota. De fútbol mejor ni hablar. O sea, si un técnico quiere barullo, Di María es experto. Si un director técnico quiere orden, “Fideo” no debería tener ni la más remota chance. Hace todo al revés por más que sus ganas y el desgaste logren camuflar su desinteligencia táctica.
Kaká se ve separado por un abismo de lo que verdaderamente es Kaká. Las lesiones, su cuerpo, le plantaron guerra y se vistieron del peor enemigo para el de Gama. Al ciento por ciento Kaká relega a Mesut Özil a la suplencia eterna. El alemán juega bien de a ratos pero se esconde más de lo que aparece. Un puñado de partidos correctos (solo correctos, nada de superlativos) no lo transforman en la esperanza madridista. Están los que argumentan que es joven, que tiene que crecer… y replico, entonces, ¿el Madrid compra futbolistas no afianzados, no capaces de lucir el uniforme desde la misma firma del contrato? Se supone que cuando aterrizan en el Bernabeu tienen que calzarse la ropa y demostrar lo que son, entendiéndose que tal seres humanos pueden zambullirse en días malos. A Karim Benzema lo siguen aguardando. ¿Me van a decir que explotó? Por favor. Al francés le dieron dos años de yapa y salvo un lunar de la naturaleza, hace goles a los débiles. Le falta la fuerza, la presencia que exige un “9” del Madrid. Se lo ve livianito y parece que no se enteró que no es lo mismo ponerse la camiseta del Lyon (con todo respeto hacia este club francés) a la que calza en el presente.
De los que tienen minutos suficientes me resta Gonzalo Higuaín. Voy a ser breve: al Pipa le robó la titularidad Karim Benzema.
José Mourinho tiene más trabajo de lo que piensa. Y creo que a donde debe apuntar el entrenador no es hacia dentro del rectángulo sino a la cabeza de los futbolistas que están obligados a despertar y, de una vez por todas, tendrán que bajar la vista, mirarse los pies y ver donde están parados.


Wednesday, August 31, 2011

Sin Radios el fútbol no es igual


Un partido sin transmisión radial es lo mismo que un partido de “mimos”, un encuentro futbolístico sin la pelota. No permitirle a las radios el ingreso a los estadios de España porque ahora se les ocurrió a los “genios” de la Liga de Fútbol Profesional cobrar un canon que puede ser inalcanzable por estos tiempos es irrisorio. Evidentemente cuando uno piensa en gente que está ligada directamente al deporte más importante de todos (con respeto hacia las otras disciplinas), en gente que supuestamente entiende de la cuestión, pisa un suelo frágil que genera lesiones ajenas a aquellos.
Son tiempos muy difíciles en el MUNDO, económicamente hablando y si bien tengo claro que hay millones de cosas que merecen una resolución más rápida que este tópico, prohibirle al público disfrutar de la radio es un castigo inexplicable. Callar las voces radiales es un pecado injustificable.
Recuerdo, cuando niño, que los fines de semana había voces de rostros desconocidos que llenaban mis mañanas, mediodías y tardes. Que gracias a la radio nacieron mis primeros interrogantes respecto de, por ejemplo, la ley del off-side (por esos momentos un atacante en la misma línea que el anteúltimo adversario hacía que el lineman levantara el banderín), preguntas sobre ¿para qué existe un círculo central o la medialuna del área? Todo porque había un tipo, un relator que narraba lo que veía, con lujos de detalles, secundado por otro que explicaba lo que el relator no contaba y con uno o dos más que aportaban datos al borde del campo de juego o haciéndonos creer que estaban ahí, a tiro de los bancos de suplentes y atestiguando absolutamente cada movimiento de lo que acontecía con los entrenadores de cada equipo. Locutores vendiendo la publicidad con originalidad: “Cabeceó y no se despeinó, es porque usa Brylcreem”. Con voces desde otro estadio solicitando la palabra al grito de “Gooooooooooooooooooool de Central”… y aparecía el locutor una vez más esbozando “Informa Neumáticos Fate”… y ahí arribaba la información del autor del tanto y el resultado del partido. Una pintura en un museo, un caramelo en un frasco, un adorno simple y revelador.
La radio le regaló una esencia inigualable al fútbol. El mero hecho de que la radio nos autoriza a imaginar la transforma en invalorable. Cada cual puede imaginar la situación de un mismo partido de forma diferente y esto ocurre pese a que la manera de “hacer radio” cambia respecto de las regiones. Es decir, es muy diferente una transmisión radial en Sudamérica que lo que es en Norteamérica o en Europa. Es desigual la forma de hacer radio en Brasil, Uruguay o Argentina, que lo que uno escucha de Colombia, Ecuador o Perú. No es que una sea mejor que otra, no. Son solo desiguales, idiosincrasias heterogéneas, estilos… estilos hasta de vida. De todas maneras la naturaleza es la misma.
Hoy sigo leyendo sobre lo ocurrido el fin de semana en España donde las radios no lograron ingresar a los estadios para sus habituales y tradicionales emisiones y me duele en el alma. Creo que la radio es tan del fútbol como lo son las hinchadas, las banderas, las camisetas. Las radios son tan del fútbol como los propios futbolistas. Las radios son los ojos de los no videntes. Y son los ojos de los que tenemos la fortuna de ver. ¿Tienen idea de cuántos cieguitos van a los estadios y se sientan en una butaca con la radio pegada al oído para que, mientras viven el ambiente, escuchen el relato del partido que ellos tienen que ver con sus almas?
Cuando uno enciende la radio, a diferencia de la televisión, uno no sabe con lo que se va a topar. Probablemente la escritura sea lo más parecido a la radio. De hecho creo que volcar en letras una opinión transita por el camino paralelo al micrófono que se abre, igual a cuando la luz roja se enciende indicando AL AIRE; solo que al escribir uno no le pone la voz a las letras y las deja a la interpretación del lector.
Voto por un fútbol con radios; porque esta “guerra” la ganen las emisoras, porque se imponga la coherencia y así se ordenen las piezas de un rompecabezas que no está completo.

Friday, August 26, 2011

¿Sensibles... o llorones?


Realmente hay cosas que no dejan de sorprenderme. Para alguien inquieto como yo es bueno. Ocurre que en algún momento la temperatura eleva al punto de…; mejor dejémoslo hasta ahí porque temo no encontrar el término correcto. Igualmente voy a escribir líneas que a los hinchas del FC Barcelona, probablemente, les molesten. Y lo mejor de eso es que NO ME IMPORTA si les incomoda porque, en primer lugar, no voy a faltarle el respeto a nadie y, al margen, seré frontal y profesional como siempre intento ser.
El blaugrana jugó la final de la Supercopa Europea contra el Porto, quien resultó ser ganador de la pasada edición de la Europa League. Una vez más, la “Empresa Messi & Cía” fue superior a un nuevo adversario. Fue, Barcelona, el justo ganador del trofeo. Un yerro defensivo le brindó el balón al peor enemigo. Lionel recibió un regalito único, lo vio a Helton, le aplicó un movimiento de cintura para sentarlo (como hizo con tantos otros arqueros) y definió para el 1-0. Al rosarino le faltaba anotar en un partido de Supercopa Europea. Le faltaba, porque ya puede tachar esa deuda en la lista de “potenciales logros”. La Pulga, otra y otra y otra y otra, vez se vistió de fundamental, de exclusivo, de único, ratificando a los 38 periodistas que lo votaron como el Mejor Futbolista de Europa, porque no se conformó con su concreción, sino que aplicó una asistencia a Cesc Fábregas quien definió “a lo Messi” para el 2-0 que fue lapidario.
Dicho lo anterior, Bjorn Kuipers no vio un claro penal de Eric Abidal contra Freddy Guarín y hago hincapié en esta única acción porque podría haber cambiado el rumbo del partido. Está bien, el referí no la advirtió, el encuentro continuó y finalizó para que los culés celebraran un título más y se convirtieran en el más ganador de España superando (con 76) al Real Madrid (75).
Vuelvo en una red social como Twitter mi punto de vista y lo único que recibo desde los hinchas del Barça es reproche y recriminación creyéndose intocables y quejándose (equivocadamente) de que uno no valora el título acopiado.
Es tiempo que los “pseudo-hinchas” dejen de llorar y no se tomen a pecho lo que verdaderamente ocurrió. Es tiempo de que abran los ojos y comiencen a ver con los ojos y no con el corazón… que razonen con la cabeza y no con el escudo del club. El hincha de verdad es lógico, entiende y responde con respeto. El “pseudo-hincha”, que son la mayoría de los que no maman la cultura culé desde pequeños y que se hicieron fanáticos del Barcelona pocos años atrás y duran lo que duran los éxitos, esos no quieren ver la realidad. En algún momento, porque esto en el fútbol ocurre, esperaré a ver como reaccionan los mismos que hoy se escudan detrás de un insulto cuando desde mi posición solo emerge un razonamiento lógico e imparcial. Ocurrirá que a esos hinch… perdón, “pseudo-hinchas” no los volveré a encontrar.
Una reflexión más antes del “abrazo para todos”. Michel Platini, Presidente de la UEFA, persona con la que no coincido en casi nada, ha acertado –a medias- en su declaración acerca de que los árbitros protegen a Lionel Messi. El francés expresó que a Leo lo cuidan más que lo que supieron resguardar a Maradona, Pelé, Cruyff o Zidane y que por eso obtiene una ventaja y está bien que así sea porque de esa forma puede desplegar su talento. ¡Qué extraño que haya mordido la banquina en su expresión! ¿Nunca puede completar, Platini, una frase que sea feliz, que sea inteligente desde el inicio al fin? Los árbitros NO deben cuidar a Messi. Los referís tienen la obligación de hacer cumplir un reglamento, que es único, que le pertenece a un deporte y que puede tener diversas interpretaciones a partir del criterio con el que se maneja un silbante en cada partido. Entonces si Messi obtiene una ventaja es porque cuenta con la habilidad de saber imponerse con su fútbol y porque se destaca por los normales. Los referís recibieron a lo largo de los años diferentes consejos y los fueron aplicando. El problema es que varios parecen dirigir con distintos reglamentos.
Abrazo para todos.

Wednesday, August 10, 2011

De Londres a Bahía Blanca


No culpen al fútbol por los incidentes de Londres. Hace tiempo que los ingleses tuvieron la capacidad y las ganas -por sobre todas las cosas- de erradicar a los violentos de los estadios. Lo han logrado. Claro, hay una ventaja en Inglaterra. Allí existe la educación. Allí, mal que mal (o bien, de acuerdo a como se lo mire) todos reciben el mismo trato y al hombre común con se lo arregla con un “chori y un vaso de vino” para ir a apoyar tal postura política de la que no tienen ni perra idea. Antes de continuar quiero que sepan que estoy en un día en el que el enorme Negro Fontanarrosa se ha cruzado en mi mente y el maestro me enseñó que las malas palabras no existen por lo que si ustedes llegan a toparse en las próximas líneas con alguna palabra que consideren mala, sepan que está escrita con la mejor intención.
Ahora sigo. A Mark Duggan lo asesinaron. Una bala acabó con su vida. Una bala que surgió desde el arma de un policía que buscaba contrarrestar una manifestación de la manera menos indicada. Duggan dejó cuatro hijos y toda su vida acá, en la tierra. Hoy en Londres la gente sigue peleando en las calles contra el asesinato de Duggan pero la policía, por órdenes del Primer Ministro, no recula. La policía reprime porque lo más importante es que David Cameron anunció que no va a permitir que se entable el terror en las calles, que exista una cultura al miedo ni en Londres ni en el resto de Inglaterra. Entonces lo fundamental por estas horas es tratar de apagar los focos de violencia, buscar que no sigan perdiéndose vidas y luego se pensará en el oficial que cometió el error de creerse capaz de decidir por mano propia el destino de la vida de Mark Duggan.
Me voy para Argentina y como somos practicantes de la cultura de “extremismo” escucho cosas tan pero tan estúpidas que hasta me generan vergüenza ajena. Día domingo 7 de agosto, cancha de Olimpo de Bahía Blanca; tiro de esquina para Boca Juniors. Lo tomó Juan Román Riquelme y como suceden en el ciento por ciento de los estadios de Argentina donde los hinchas tienen al alcance (léase pocos metros) a un rival, a Riquelme lo bañaron en saliva. O sea, lo escupieron. Es un verdadero asco que a uno lo escupan, ciertamente lo es. Descubrieron al “agresor salival” de JR, saben que es socio de Olimpo y ahora el Coprosede (Comité Provincial de Seguridad Deportiva) quiere que le apliquen el derecho de admisión –ATENCIÓN- ¡de por vida! ¿No será mucho? Repudio lo que ocurrió con Riquelme pero también es una barbaridad que el imbécil de abecedario completo que escupió sea imposibilitado de ir a ver a su equipo porque su falta de educación lo llevó a hacer lo que hizo.
¿Qué debería suceder entonces con los hinchas de River que ingresaron al terreno de Belgrano de Córdoba en el partido de ida por la pasada Promoción?
Seamos lógicos (es la solicitud más difícil para la dirigencia argentina) y dejémonos de ridiculeces. El hincha de Olimpo escupió, las cámaras lo atraparon, castíguenlo. Háganlo de forma coherente porque imposibilitarle que vaya a ver a Olimpo por el resto de su vida, es una estupidez astral. Hay cosas demasiado más importantes de las que ustedes, dirigentes, deben ocuparse.



Resultados que engañan


Se termina la pretemporada. Estamos a horas del inicio de una nueva campaña que, en España, comenzará a todo trapo porque las puertas se abren desde el Santiago Bernabeu con un Clásico, con un Madrid-Barça, con un trofeo en juego, con una Supercopa, con promesa de guerra, de lucha, de fútbol, de emociones.
Probablemente exista quien piense que a partir de los resultados cosechados durante los amistosos pueda obtenerse alguna conclusión y son los entrenadores los que miran los “resultados”, pero a estos, no emparentados con el marcador del partido sino con los desempeños individuales de sus hombres, de los componentes del plantel. Es momento de analizar a los refuerzos, a los juveniles, momento para plasmar los ensayos, llevar a la práctica lo ejercitado.
Me preguntaron, en estos días, si finalmente Real Madrid logrará cortar la hegemonía del Barcelona y es una interrogante difícil de devolver. Los merengues no han tenido adversarios de peso y eso es tan cierto como que han ganado todo lo que enfrentaron en este período previo al año futbolístico. Cuando hablo de adversarios que no fueron de peso lo hago desde el respeto. Hay una realidad y quien no la vea tendrá que refutárselo así mismo y habla de que los clubes que chocaron contra los gigantes de España están en otro ritmo, un nivel menor al que muestran Barcelona y Real Madrid cuando sus motores se ponen a punto. Cuando se lo proponen, no se puede contra estos dos. Si se quiere abrimos un paréntesis para destacar que al Barça le dieron un toque de atención. No le anotaron cuatro goles por primera vez porque en algún momento algo así hizo el Atlético de Madrid aunque por los “porotos” (los puntos). Sí fue la primera vez que un conjunto logra imponerse al blaugrana de una manera tan abultada desde que Josep Guardiola es el orientador táctico. Chivas vapuleó al Barça, lo cacheteó con un 4 a 1 que es, repito la frase de Pep, un toque de atención. Guardiola tiene alma culé y el mismo le brinda la amplitud de saberse un entendedor de la filosofía de la entidad catalana y el prestigio -que cuesta tanto acopiarlo- puede perderse velozmente. Está bien que el Barça no va a dejar en el camino sus reconocimientos de más de un siglo de vida por una caída en Miami contra el Rebaño Sagrado; pero hay libertades que no deben permitirse y menos en un plantel que se jacta de ser el mejor del mundo. Conté con la posibilidad de estar en el estadio y lo que me alarmó no fue el score final. Lo que me alarmó, sinceramente, lo que llamó mi atención fueron las pocas ganas con la que los juveniles del Barcelona se mostraron y la incapacidad que revelaron ante la adversidad, no pudiendo revertir un marcador al que se aterrizó por una ráfaga de buen manejo y de inteligencia en la transición ofensiva del rival. Todo lo anterior se sumó al poco amor propio que se esgrimió en el rectángulo de parte de futbolistas que deberían dejar la vida en cada pelota si es que pretenden ser considerados por Guardiola. Después se quejan cuando el entrenador no les da el lugar que ellos creen (equivocadamente) se ganaron. Por lo que se vio ante el club mexicano, ninguno de los que habitualmente no son titulares en el Barcelona tiene la oportunidad de un mínimo reclamo al DT. Deberán remar desde atrás.
Cuidado que no voy a poner en tela de juicio el arranque de la actividad del Barça por un partido. Sería un movimiento poco inteligente de mi parte… hasta inaceptable diría. Barcelona está armado, hace años viene armado, siendo compacto, demostrando un fútbol que a algunos puede gustarle más, a otros menos, aburrido si acaso cuando monopolizan la pelota, efectivo sin dudas. Un fútbol que es ejemplo de cómo hay que moverse con y sin el balón; y con un plus superlativo como la aparición de una terna de ensueño con Iniesta, Xavi y Messi.
Real Madrid ha vivido una preparación muy sólida. Incorporó bien. A diferencia de años anteriores quizá los nombres no fueron rimbombantes, sí buenos. Fabio Coentrao como punto alto y uno que no es nuevo pero que maravilló a quienes viven la vida diaria del Madrid como Karim Benzema.
En planes galácticos, Florentino Pérez es un número uno. Por su historia, por la ambición, por idiosincrasia, Real Madrid necesita ganar ya que las victorias están en el ADN del club. El fanático, el madridista de alma, no concibe que el reinado del archienemigo esté en pie. De alguna forma, sea con el paladar negro histórico o con el tacticismo de Mourinho perseguirán el ideal de quebrar la sonrisa ajena. El orientador luso ya acostumbró al Bernabeu que jugar bonito no es de la única manera que se puede actuar. Que hay aristas, otras vías, canales que escapan a lo romántico. También ensuciarse es jugar al fútbol, también trabar con la cabeza es jugar al fútbol, también no buscar ser ofensivo durante los noventa minutos es jugar al fútbol. Hay un sueño que persigue el Madrid y es la “décima”, así se la define a la Champions League desde Chamartín. Son nueve y hace años que el remar, el querer, los sueños quedan truncos. Con Mourinho la mentalidad trocó y ese golpe por golpe del año anterior volverá a verse, puedo olerlo. Entonces después de varias líneas llego a una conclusión, simple, porque así es el fútbol aunque los protagonistas intenten no ratificar la hipótesis, y es que la única manera de comenzar a saber que ocurrirá entre ellos es verlos en acción, frente a frente, al uno contra el otro. No hay vía posible, factible, más allá de eso.
La temporada de España se abre al mundo y con un clásico… en realidad con “dos”. ¿Puede pedirse algo mejor?

Thursday, July 28, 2011

Incomprensibles situaciones

Está buenísimo que quienes están a cargo de la Seguridad Nacional cumplan con su trabajo, que nos cuiden a todos, que intenten adelantarse a cualquier riesgo y evitar tragedias que de eso, en este país, se sabe y mucho (desgraciadamente).
El Barcelona supone, al parecer, ¿ser un peligro contra el Presidente de la Nación y contra la Casablanca? Por eso el equipo de Pep Guardiola, ese grupo de jóvenes que el único daño que realizan se lo ejercen a los rivales en los partidos de fútbol y con una pelota, no han podido completar su entrenamiento sobre el National Mall de la hermosísima ciudad de Washington, capital de Estados Unidos.
Mientras practicaban en uno de los parques ubicados entre el Obelisco y el hogar del Presidente Barak Obama, agentes de la seguridad se acercaron, irrumpieron en el entrenamiento e “invitaron” a los blaugranas a finalizar con la tarea cotidiana. El invitaron entre comillas no es una ironía. Es una manera de intentar explicar que lo ejercieron con total tranquilidad, con el pacifismo que hay que implementar en un caso como este. Todo lo contrario, en pocas palabras, a lo que debieron padecer los hinchas uruguayos que festejaron en New York la obtención de la Copa América y que por el mero hecho de bajar desde la vereda a la calle recibían el impacto impaciente de la famosa “cachiporra”. Lo que duele ese caucho… solo los que alguna vez recibimos algún golpe de aquella arma, sabemos de qué hablamos.
Debió haber negligencia de parte de quienes supuestamente tenían la responsabilidad de solicitar autorización para estar desempeñando actividades masivas en un sector complicado, no solo de la ciudad, me animo a decir del país. Si uno pasea por el National Mall, ese rectángulo que arranca desde el Congreso y hacia el oeste va encontrando la Reflecting Pool, el Obelisco y desembocando en el Lincoln Memorial, entre las avenidas Pennsylvania     y Constitution, ve cientos y cientos de personas realizando actividad física a diario. Ocurre que nunca en grandes grupos, siempre de forma individual, a lo sumo en parejas.
Ocurren cosas que no se entienden. ¿No podrían haber actuado velozmente y darle el OK al plantel de Guardiola para cerrar una práctica ahí? Con tantos museos y vigilancia al por mayor; con un mar de personas caminando, transitando la zona minuto a minuto, ¿algún ser racional puede creer que el plantel de fútbol de un club prestigioso, con tipos que son conocidos mundialmente, pueden ser una amenaza?
Pasan barbaridades como esta… como la de hoy, como también ocurre que un puñado muy menor a un plantel de fútbol tiene la capacidad y la libertad de tomar un avión, y hasta dos (y fueron más aviones) para secuestrarlos y hacerlos chocar contra las Torres Gemelas, la historia conocida del famoso 11 de septiembre de 2001, para desatar la catástrofe en un par de minutos… Dios, de no creer.


Wednesday, July 20, 2011

América, ¿te Copa?

No me tomaron por sorpresa dos cosas de esta Copa América que se va acercando al final, al margen del bajo nivel (general) de fútbol y entendiendo lo difícil que es jugar en Sudamérica. Por las dudas, antes de seguir dándole a las teclas, les comento que en este preciso instante son las 3:45pmET, que es el miércoles 20 de julio de 2011 y que esta noche se jugará la segunda semifinal, la que protagonizarán Paraguay y Venezuela.
Ahora vuelvo y me reinserto en lo que no me sorprendió. Encaro por un costado y digo lo lamentable de la organización, entre otros temas, por el estado de varios campos de juego, con el del Estadio Único de La Plata siendo el eje de la polémica. A horas de una de las semifinales de la Copa América se puso en duda el desarrollo del Uruguay vs. Perú por las condiciones del césped. La paupérrima situación del rectángulo no hubiese tenido el OK de la organización de la Exposición Rural; lo hubieran rechazado y con razón. El ganado no camina cómodo en un suelo así.
Por el otro, la temprana salida de la selección de Argentina. Entre amigos y colegas avisé que desde mi punto de vista, los albicelestes no terminarían más arriba del quinto puesto. Anduve cerca porque en la general alcanzaron la séptima colocación. Séptimos entre DOCE. Una vergüenza que se agigante a partir de saberse anfitriones. Ya hice análisis de Argentina. También expliqué que tendrá que someterse a un giro angular de 180° para imaginar un cambio. En ese cambio deberán dejar (aquellos que lo crean) de pensar que Argentina tiene a los mejores jugadores del mundo porque es una mentira enorme. Argentina posee al sobresaliente del mundo, lo que no implica tener a los más destacados del universo del fútbol. Lio Messi es para la Argentina lo que Diego Maradona supo ser en otro momento. Diego era muy superior al resto e incluso a sus compañeros. Ocurre que quienes acompañaban a Maradona eran tipos de la talla de Bertoni, Ramón Díaz, Burruchaga, Valdano, Giusti, Enrique, entre otros… tan solo entre otros. “Pedazos” de futbolistas con la capacidad de seguirle –aunque metros detrás- el ritmo al 10. Messi es infinitamente superior al resto de sus ¿iguales? La diferencia con Maradona es que a Leo no lo rodean hombres del calibre de los mencionados con anterioridad y que construyan el fútbol suficiente como para teñirse de apoyo del ícono.
Por otro lado la Argentina padece un seleccionador veleta, que va para donde el viento le indica. Claro, digo viento y uso el término como sinónimo del jefe de la AFA. Batista, y no voy a dejar de resaltar lo siguiente hasta que demuestre la otra cara de la moneda, es un mentiroso que quiso exponernos a todos como los imbéciles de la novela. Primero avisó que su ideal era el fútbol del Barcelona para luego desmentirlo ante la incrédula mirada de toda la prensa post empate ante Bolivia. Batista mintió, también, porque ¿no dijo que Ever Banega era su Xavi? ¿Para qué lo definió así, para luego jugar con Lucas Biglia? Batista, el mentiroso, ocultó siempre el verdadero motivo de la no convocatoria de Carlos Tévez al que supuestamente no lo quería ni a diez mil kilómetros de distancia y cuando el Don le aplicó el guiño, entonces se citó al “jugador del pueblo”, al mismo Tévez que tras errar un penal le volvieron a bajar aquel inexpresivo pulgar.
Así como Argentina hace cosas mal, hay otros que también equivocaron el camino y algunos que van por el sendero correcto, el que les permite cosechar frutos frescos.
URUGUAY
Los Celestes ratificaron, en Copa América, que son los mejores de Sudamérica. El cuarto puesto en el Mundial de 2010 es seguido por la final del torneo de selecciones más antiguo del mundo. Todavía desconocemos, por obvias razones del momento de la escritura, quien se alzará con el trofeo. Más allá de que Uruguay lo atrape o no, el escalón más alto no podrán robárselo. El Maestro Tabárez está respaldado por una dirigencia coherente, que le da en bandeja todo a un orientador serio. Por un grupo que más allá de mínimos cambios mantiene una base y que esa base deja la vida por la camiseta de su selección. Uruguay cambia esquemas, los futbolistas se adaptan a todo y el resultado sigue siendo el mismo: alegría plena.
PARAGUAY
No somos testigos del mejor rostro de la Albirroja. Supo, el grupo guiado por Gerardo Martino, vivir épocas más felices, de mayor solidez, de una superioridad plantada a partir de la seguridad defensiva que le abría las compuertas a los triunfos. El sistema de campeonato en ocasiones va a favor de unos y en detrimento de otros. Los guaraníes están en semifinales sin haber ganado un solo partido de los cuatro que jugaron. Hago la aclaración de que no los ganaron en los 90 minutos reglamentarios. Ni siquiera en el alargue cuando por cuartos de final se midieron ante Brasil.
BRASIL
A propósito de la verdeamarela, Mano Menezes fue objetivo de críticas destructivas. Desde mi parecer, injustas. Es cierto que comenzó tibio pero es una característica de la mayoría de las selecciones brasileñas. Históricamente Brasil supo no exponer las cartas desde el puntapié inicial y va mejorando su ritmo conforme avanza las etapas. No mereció perder contra Paraguay porque propuso en todo momento, porque contó con las mejores y más claras ocasiones ofensivas, porque manejó la pelota y los tiempos, porque sus muchachos dieron muestras de que están forjando una base nueva… nueva pero sólida como todas las anteriores. Digamos que Brasil puede perder como lo hizo pero, a diferencia de Argentina, Brasil tiene “con qué” ilusionarse; Argentina tiene solo a Messi.
PERÚ
Es increíble como la prensa del mundo mira para los costados y recién ahora resaltan la labor de dos jugadorazos como Juan Manuel Vargas y José Paolo Guerrero.
Históricamente Perú tuvo futbolistas de excelente técnica y es cierto que en otras décadas supieron formar bloques admirables. El presente lo encaran bajo las riendas del uruguayo Sergio Markarián que plantea los partidos a partir de las limitaciones propias e intentando explorar las falencias ajenas. Markarián les dio disciplina y mentalidad ganadora.
VENEZUELA
Retomando algo de lo que expresé sobre Paraguay, este sistema de campeonatos hace que nos topemos con candidatos circunstanciales. Eso es Venezuela. Los réditos al cambio de mentalidad que implantó el fallecido José Omar Pastoriza no se ven en el campo porque, todavía, Venezuela es inferior a la mayoría de sus adversarios. Ocurre que la forma en la que debemos medir el mejoramiento de la vinotinto parte desde algunos de los jugadores. Hoy es común ver a futbolistas venezolanos desparramados por algunas de las mejores ligas del mundo. El día que Venezuela se apronte en el terreno y salga a proponer los partidos buscando inclinarse hacia la banca y olvidándose de ser punto, entonces creeré fehacientemente en la  evolución. Mientras tanto no. Igualmente lo que expresé en las líneas anteriores no significa que la Vinotinto no merezca estar ahí, en semifinales. El que hace mejor las cosas en un partido es el que gana y contra Chile, aunque sin merecerlo, se impusieron.
CHILE
El hilo de narración me lleva a hablar sobre un seleccionado al que noté con algo de soberbia, pensándose mejor a todos y al cual un cachetazo lo regresó a su lugar. Claudio Borghi, de cierta forma, es capaz de continuar con la filosofía de Marcelo Bielsa. El problema es que NO es Bielsa. Igualmente Claudio tiene las ideas claras y el apoyo de un plantel con nombres interesantísimos a los cuales deberá hablarles para que tomen esto como premisa a partir de ahora y aclararles que no deben subestimar a ningún contrincante.
COLOMBIA y el resto
Sin ánimo de desprestigiar a los otros participantes de la Copa América, Colombia volvió a chocar contra sus carencias… una de las más notables, la falta de gol. Radamel Falcao García no puede solo. Hubo puntos importantes como el crecimiento de Fredy Guarín, la tenacidad de Carlos Sánchez y la labor de los laterales.
Lo de Ecuador fue flojo, sin respuestas futbolísticas ni anímicas. Bolivia es desde la voz de su entrenador una cosa y en la cancha otra. Cada año baja más el nivel.
México vivió enormes problemas previos al torneo, emparchó como pudo y mostró dos puntos muy buenos: Giovani Dos Santos (en claro ascenso) y el portero Luis Ernesto Michel.
Costa Rica sacó provecho de la invitación a tal punto que algunos de sus componentes juveniles despertaron el interés de clubes de Europa, como el caso de Joel Campbell y el Arsenal inglés.

Sunday, July 17, 2011

Dignidad Batista, de un paso al ¡olvido!

Uruguay merecía avanzar a las semifinales de la Copa América porque, más allá de que el partido contra Argentina se definió desde el punto penal, fue el que mejor hizo las cosas a lo largo de 120 minutos. La Celeste fue ordenada, inteligente, paciente. Los Charrúas metieron su garra famosa cuando el equipo lo necesitaba; dosificaron las piernas; le refregaron al seleccionado de fútbol de mi país que un grupo siempre va a imponerse a las individualidades. Mientras nosotros somos un puñado de ilusiones separadas, del otro lado del Río de La Plata son propietarios de un bloque sólido. Un bloque que puede tener ciertas filtraciones aunque el saldo de cierre es el que exponen ya hace un año.
Tiempo atrás, dialogando con amigos, de esos que viven y transpiran fútbol, me animé al “Argentina no termina más arriba del quinto puesto en la Copa América”. Lógicamente que uno practicó esa frase con la cabeza mientras el corazón dictaba algo diferente. Igual está bien que haya ocurrido lo previsible. ¿Se imaginan un incremento de la mentira a partir de un buen resultado final? Es momento de darse cuenta de que hace dieciocho años que no ganamos nada, que no mejoramos, que el fútbol argentino está en decadencia, que esto debe ser el puntapié inicial para salir del fondo por más escepticismo que viva a sabiendas de que el inconveniente es más estructural que de jugadores. Ojo, hago un punto. Insisto en que la escasez de laterales es contraproducente para la recuperación de nuestro sistema, el de siempre, el que nos empujó a los resultados. Los zagueros “caudillo” ya no existen. El llanto se impone a la bronca, la excusas a los hechos. Los medios y los atacantes son del común, del general, aunque el hincha no quiere ver eso y se deslumbre por tal fulano a partir de que luce la camiseta de alguna institución importante de los países dueños de las mejores ligas.
Debemos soportar a un hombre que como entrenador tiene la misma cintura que tuvo como futbolista, o sea, nada. El tipo caminaba bien el terreno y… punto. Acá revolvió, se dejó manejar, no encontró jamás a sus once hombres y así llegó el final: una de las más paupérrimas decepciones que el fútbol de Argentina tuvo que vivir a lo largo de su historia.
Los jugadores no son los culpables. Son víctimas de un sistema siniestro que ya entró en la decadencia y tiene tintes de tumor maligno, imposible de operar.
Aparecen preguntas para hacerse, para ejecutar. ¿Si la charla técnica la hubiera dado Bielsa, Bianchi, Sabella, Gallego, hubiese sido igual el partido? Estos mismos once tipos –salvo Messi insisto con que los demás son del montón- se comían la cancha. Lastimosamente oyeron las palabras de Batista, un Batista seguro de creerse dueño de un plantel con los mejores jugadores del mundo y, obviamente, errando hasta la médula. Argentina NO TIENE a los mejores jugadores del mundo. Tiene algunos futbolistas buenos, exiguos muy buenos y solo uno excelente. No abundan -menos sobran- los destacados. Seamos realistas y reincido en esta cuestión, ¿cuántos futbolistas argentinos realmente se destacan en Europa? Al Viejo Continente van muchos, triunfan pocos. El vacío de excelentes futbolistas hay que cubrirlo con trabajo en serio, con un plan que se flexible, con la inteligencia para saber contrarrestar las adversidades. Con espiar a un rival no se hace nada.
El mentiroso de Batista, y me tomo la licencia de tratar de mentiroso a un tipo que quiso tomarnos a todos por estúpidos, alguna vez dijo que quería que su selección jugara como el Barcelona… tras el partido con Bolivia se desdijo.
El mentiroso de Batista dijo que estaba todo bien con Carlos Tévez y resultó ser que fue el propio Apache quien buscó apaciguar la historia hasta que el seleccionador recibió el guiño del mandamás y entonces se le extendió la alfombra roja al “jugador del pueblo”.
Fue el mentiroso de Batista quien, ooootra vez, pensó verse en un pedestal diferente a todos nosotros, como hablándonos por sobre su hombro y diciéndonos que “no fue fracaso lo de la Copa América, que hay que pensar en el Mundial que es el objetivo real”.
Le voy a comentar algunas cositas al señor Batista, al que nos mintió, al que intenta tomarnos a todos de tarados. Argentina, por haber sido campeón del mundo en dos ocasiones, está obligada en cada uno de los torneos que disputa, aunque sean campeonatos amistosos. La selección cobra millón y pico de dólares por cada amistoso que disputa. Imagino que tendré que usar el pasado en cobra, porque no deberían pagarle lo que abonan aquellos que desean enfrentar a los albicelestes, aunque no soy tan ingenuo como para no darme cuenta de que “contratan” a Messi y no a la Argentina.
Sabiendo que en la AFA “aman” la buena vida y que tienen que generar dinero, el no haber ganado la Copa América significa que Argentina no estará en la próxima edición de la Copa Confederaciones, por lo que hay que avisarle al “desubicado y pobre señor Batista” que, al margen de que obviamente Argentina tiene que aspirar a la Copa del Mundo, el camino de cuatro años tiene estaciones en las que hay que refrendar el prestigio. Ciertamente ahora tenemos que obligarnos a construir una nueva historia.
River Plate en el Nacional B, Boca Juniors fuera de copas internacionales, lo violencia como moneda corriente, la desprolijidad a flor de piel y la improvisación como una estilo de vida, todo le juega en contra al fútbol de Argentina.
Antes de comenzar la Copa América escuché millones de preguntas sobre el “sueño, la ilusión de la final”… A Batista lo encontré siempre irguiendo el pecho, como no poniendo un paño de agua fría y reclamando cautela.
Ahora estoy asustado de verdad porque Batista piensa en el Mundial de Brasil 2014 pero antes está la Eliminatoria. Si trazo un paralelo con lo que sucedió, Argentina sumó tres puntos de nueve posibles, siendo local, ante selecciones con las que tendrá que vérselas pensando en el camino rumbo al campeonato mundial. Empató con Bolivia, Colombia y Uruguay. Solo le ganó a una respetable selección menor de Costa Rica. Entonces, con tres unidades de nueve de local, me habilito a imaginar que fuera de casa, contra los mismos adversarios que mencioné, puede llegar a darse el cero puntos de nueve en disputa. ¿Sumamos? Serían 3 de 18 puntos… Asusta. Asusta tanto o más como el paupérrimo esquema y desenvolvimiento que mostró Argentina en su casa por culpa de Sergio Batista.

PD: El mentiroso de Batista dijo que Ever Banega era su Xavi, y terminó utilizando a Biglia.

Thursday, July 14, 2011

Espejismos

De pronto todo está bien. Las críticas, la furia, las sensaciones negativas quedaron enterradas en un pasado reciente. La “argentinidad” al descubierto. La argentinidad en estado puro. Resulta que el equipo albiceleste fue un desastre contra Bolivia y Colombia y pasó a ser magnífico por derrotar a Costa Rica. Así lo vive el enceguecido fanático. El profesional, el ojo del periodista lo ve desde otra óptica. El triunfo, les recuerdo, fue ante una Costa Rica formada por futbolistas que en su mayoría no conformaron el plantel más importante que hoy podría armar el seleccionador Ricardo Lavolpe.
Los Ticos llegaron a Copa América con un grupo emparchado. Los costarricenses demostraron hidalguía, valor, irguieron sus pechos sabiéndose inferiores (en la previa) a un plantel anfitrión con Lionel Messi a la cabeza. Les dieron trabajo a Colombia que, a su vez, fue muy superior a Argentina en la jornada 2 del Grupo A del certamen continental; y destrozaron a Bolivia.
El balance de Costa Rica tiene que ser muy positivo. Estos chicos costarricenses se llevaron una experiencia inimaginable, seguramente, y fructífera creyendo que el toparse con combinados de un nivel superior los catapulta (aunque sea lentamente) hacia la superación.
Dicho lo de Costa Rica y agradeciéndoles por haber dado el sí tras la entendible renuncia de Japón, quiero centrarme en la Argentina de Sergio Batista.
Días atrás, en Twitter, alguno de esos seguidores que tienen más ganas de molestar y restar que de aportar, tuvo el tupé de decirme que quiero que a la selección de Argentina le vaya mal porque siempre critico a Batista.
Lógicamente que contra aquel “ciego” uno, que busca siempre aplicar el sentido común, no va a acercarse ni a una discusión. Un “sí, tenés razón” y a seguir viaje por la vida.
Soy crítico de Batista. Sí, lo reconozco. Y como aquí tengo la amplitud del explaye y no me veo encarcelado en 140 caracteres, me atrevo a la explicación.
La crítica tiene la bipolaridad de ser constructiva y destructiva. La segunda arista de esta ecuación no corre por mi mente. Cuando tomo impulso para criticar lo hago desde la orilla buena, donde las olas terminan rompiendo mansas. En todo caso la crítica desde mi sector debería recibirse como lo que analiza alguien que estudia el deporte (no solo el fútbol) desde diferentes ramas y buceando en el aporte para un plus y no una merma que pueda equivaler al deseo de desestabilización.
Insisto con que Batista no encontró el equipo. Mezcla y cambia y mete y saca… Está bien probar pero es lo que NO hace Checho. Planto un once ante Costa Rica, les indicó que se desempeñaran sobre un dibujo táctico ajeno al 4-3-3 y como el final contra los centroamericanos fue con sonrisa, ya está. Así nos quedamos. Contra Uruguay va a repetir el once que hizo vibrar a Córdoba. Sergio Romero en el arco; una línea de cuatro defensores con Pablo Zabaleta, Nico Burdisso, Gaby Milito y Javier Zanetti; en el medio estarán Fernando Gago y Javier Mascherano; delante Sergio Agüero, Lionel y Ángel Di María; Gonzalo Higuaín de punta definido.
Ya expliqué, en algún blog anterior, que el seleccionador argentino quiso burlarse de nosotros cuando supo declarar abiertamente que su modelo de juego era el del Barcelona y tras el espantoso acto ante la inteligencia de Colombia esbozó que ¡jamás lo había dicho!
Haber quitado del cuadro titular primero a Macos Rojo, luego a Tévez, Lavezzi y Banega, indica que existe una culpa directa para con estos hombres.
Solamente Lionel es imborrable, los otros 22 son vulnerables al lápiz del entrenador. En el papel de Batista podremos percatarnos de millones de cambios pero siempre va a estar escrito el apellido Messi. No quiero que quiten jamás a Leo del plantel, para mí es el intocable, el diferente, el que nos da la ilusión de soñar con dar un paso más allá, de recuperar la gloria perdida. Lo incómodo es saber que Batista mira de reojo a un mandamás que lo aprieta con la mirada.
Nos vemos el sábado, luego del partido.

Thursday, July 7, 2011

Manual del Seleccionador…

… y que le consigan uno rápido a Sergio Batista.
Hoy, pese a que muchos creen que no sirve criticar con el resultado puesto, hay que comenzar a hacer un análisis. Empecemos por entender que el fútbol es un deporte colectivo y que no se puede creer que solo una persona, por más habilidad y características geniales que esta tenga, debe ser la salvación. Si una estructura está mal desde la base por más que uno le coloque la frutilla más deliciosa al postre, el sabor será amargo.
Es lo que está ocurriendo con esta Argentina de Sergio Batista. El orientador está desorientado y valga la cacofonía. Porque primero vendió un discurso “barcelonista” y más tarde salió a responder quedando en off-side ante sus propias aseveraciones. Batista trabaja pero sin brújula. No se ven modificaciones tácticas en un plantel que necesita gritos desde el costado porque no encuentra caudillos de la línea de cal hacia adentro.
Voy a arrojarle un salvavidas a quien todos quieren ahogar. Lionel Messi no es el culpable del paupérrimo nivel del combinado argentino. Es más víctima que victimario. Me cansaron con la falacia de armar el equipo en torno a Lionel. Lo lógico, cuando se tiene un fuera de serie, es estampar un estilo, un esquema al cual se le agregue el diamante. Lo último que se coloca es la piedra preciosa y entonces la joya convence.
Argentina (y no por los futbolistas) es un barco a la deriva. Perdido completamente. Jugadores mal escogidos, en funciones erróneas. Un cuerpo técnico que no pregona las variables, no piensa en el cambio de dibujo. Desde hace años reniego porque hemos dejado de producir laterales y son el alimento fundamental de varios hombres que van de tres cuartos de cancha hacia el marco rival. Si la acefalía de los costados se ha incrementado, ¿no sería idóneo perseguir un armado táctico distinto al actual? Es mejor buscar con tres zagueros, dos hombres por los costados, dos volantes de marca, un enlace y dos puntas. Aprovechemos la “mano” que nos dio Josep Guardiola al descubrir que Javier Mascherano puede ser zaguero. Si en el medio “El Jefecito” no está parando a ningún contrario. Si Ever Banega está atado y no tiene con quien descargar cuando le cierran el circuito hacia Messi. Retrasemos a Masche, ubiquemos a su derecha a Burdisso, coloquemos a Garay o a Marcos Rojo en la posición de Gaby Milito (parece más un ex jugador que hombre de selección y lo digo con el respeto que me merece un tipo como él); utilicemos a Zabaleta por derecha e insistamos –pese a que esté con la cancha cambiada- con Zanetti por la izquierda (no hay otro); metamos músculo en el medio sin importar que sean Cambiasso, Biglia o Banega (además, si revuelvo en la lista de 23 no hay más); démosle fútbol a Pastore y arriba con Leo y Tévez o Agüero, quien esté en perfectas condiciones va de cabeza.
El azoramiento se acepta porque, quizá, un conjunto no vuelque al terreno lo planificado, que un día no le salgan bien las cosas. Solo un día. Ocurre que a este tipo que se llenó la boca hablando barbaridades del ciclo anterior, no se le ve nada nuevo. Realmente NADA. 
Ojo que sabe lo que es ganar Batista... más sabe de perder. A la hora de emparentar me viene a la mente que en la AFA cometieron un yerro similar al de River Plate. Passarella creyó en el Negrito López porque le dio un hierro caliente; JJ, en una mezcla de tipo bonachón, de esos amigos que nunca te dejan a pie, de los que apenas los conocés ya los querés para siempre, dijo que sí. Y todavía hoy anda dando vueltas preguntando y reclamándose qué es lo que hizo mal. En la AFA lo nombraron a Batista por ser un "Sigrondonista". No chocó la Ferrari, porque por entonces al mejor estilo "Auto Fantástico" los Kids anduvieron aceitados y sumaron la segunda medalla de oro en Juegos Olímpicos. Lo hicieron de forma consecutiva. Claro, no con el fútbol que desplegó aquel puñado de "fieras" de 2004 que sí tenía un técnico con todas las letras en Marcelo Bielsa. Un estudioso y trabajador de verdad. Un intelectual del fútbol y de la vida. Un hombre que, probablemente, no transite el mundo por ideologías similares a las mías pero que hace que lo admire desde millones de ángulos.
El señor "Sigrondonista" tuvo la fortuna de contar con Messi & Cía en buen nivel. Si hasta el tan odiado y castigado Heinze fue estupendo en Beijing 2008. 
Esa medalla, codiciada por tantos y pequeña para quienes pertenecemos a la tierra de campeones del mundo, está enterrada. Ya es historia y nadie la robará. Ahora hay que volver a luchar, a tomar la lanza, a salir con el cuchillo entre los dientes y despegar hacia la órbita que en décadas pasadas habitamos. 
Quiero volver a lo de los caudillos porque nací en una tierra donde los paladines iban al frente en serio, aún conscientes de que sus cabezas corrían riesgos irreversibles.
Me quedé con dos imágenes de partidos de la Copa América. Ante Bolivia, Ronald Raldes se le plantó a Messi. Lo insultó de arriba hacia abajo y viceversa. Y cuando ya había descargado su biblia de puteadas contra nuestro ídolo, apareció Cambiasso que se limitó a correr a Raldes cual si fuera una de las muñecas más frágiles del universo. ¿Y el resto muchachos? ¿Así quieren ser capos de un terruño que a diario no gobiernan? 
La restante imagen fue versus Colombia. Guarín le intenta un túnel a Gago y, este último, abre sus brazos ya de espaldas al rival, arañándole la cara al cafetero. Freddy, desde el césped y luego de percatar que había sangre en su rostro, le reclamó a Gago. Y Fernando respondió con un "No te toqué Freddy, no te toqué..."
No, a los rivales quedó claro que no los tocan. Son los de enfrente los que los tocan... ¿qué digo tocan? TOQUETEAN a los nuestros. Los manosean. Mirá ahora, los argentinos, los que creen sabérselas todas están con la cola entre las patas rezando que los Dioses están en la misma sintonía para poder doblegar a una Costa Rica llena de jóvenes ambiciosos y con hambre de estropearle la fiesta al anfitrión, al que se atrevió a sentirse campeón antes del primer segundo del torneo.
En otras épocas lo iban a tocar a Maradona. El propio Diego se te plantaba y detrás estaba Ruggeri, y Olarticoechea, y Giusti, y Enrique... iban todos la frente. En la actualidad no. 
Me extraña de Carlitos Tévez, que no hay reaccionado. Sé que tiene las condiciones para calzarse a estos 22 que tiene a su lado y a más también. Ocurre que no deberían dejarlo solo. Tévez puede sacar la cara por Messi, porque Lio la sacó por él en Irlanda, aquel sábado donde el Apache no había llegado desde Manchester a la concentración de Argentina (*). 
El hazmerreír del mundo es la selección de Argentina. La misma que paulatinamente va licuando su prestigio. Tantos años de esfuerzos descomunales para construir y un puñado de meses desmoronan el camino como un simple viento a una torre de naipes.
Insisto que los reproches no deben tener como destinatarios a los jugadores aunque parte de la responsabilidad les cabe por ser cuotaparte de un grupo. Ciertamente son los que juegan, los que tienen que verse en la obligación de resolver pero hay épocas en que las ideas se esconden y el obligado a encontrarlas está de camisa, saco y corbata, con más cara de susto que estirpe de guapo y de seguro. Con más terror al fracaso que ideando una salida… una salida rumbo a la modificación repentina y feliz.
Queda el último paso para evitar la vergüenza, un sonrojo que no mermará a excepción de que desplieguen, los albicelestes, un desempeño 360 grados distinto a lo que están exportando desde el rectángulo.
                       

Friday, July 1, 2011

América se viste de fiesta


Este viernes da el puntapié inicial el torneo de selecciones más antiguo de todos, la Copa América. Hoy se viste de gala nuestro continente porque comenzará a rodar el balón en un torneo muy competitivo, en el que se enfrentan las selecciones que, por ejemplo, participan de las eliminatorias más difíciles del planeta cuando se piensa en un Mundial; porque se moverá la pelota en un campeonato en el que hay tres protagonistas que suman nueve Copas del Mundo; en una fiesta en la que veremos al “termómetro del fútbol del globo terráqueo”.
A mí no me caben dudas cuando hablo de que Sudamérica es el medidor del nivel de juego para el resto. Cuando el fútbol de países como Brasil, Uruguay y Argentina está arriba, es imposible ante estos. No estoy de acuerdo con que el fútbol se ha nivelado, en absoluto. Me inclino a favor de aquellos que piensan que si los demás han mejorado es, en parte, porque la manifestación futbolística de los países mencionados antes ha mermado. Quizá sea tema de debate para otro blog, para alguna charla más enfocada en este asunto particular.
La Copa América tapará la barbarie vivida a partir de los descensos de River Plate y, en menor escala, lo ocurrido en el bosque platense con algunos de los hinchas de Gimnasia y Esgrima.
Sueño con una Copa América de verdad, en la que pueda ver a todo el continente participando. Yo quiero una Copa América con Estados Unidos, Canadá, Honduras, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Panamá… que no falte ninguno. Las disposiciones dirigenciales lo impiden; nos lo niegan. Estará Costa Rica, una selección diezmada pero que a partir de los deseos de su entrenador, dirá presente. Hace muy bien Ricardo Lavolpe en viajar a Argentina con “su” Costa Rica porque, en primer lugar, no va a pasar vergüenza como se cree; en segundo término, para crecer hay que codearse con quienes se presumen superiores. Reiteradamente planto un ejemplo sencillo: si busco mejorar en el tenis, siempre me va a convenir jugar ante Roger Federer que hacerlo contra mi vecino. Quizá a Federer no le gane jamás pero cada partido le robaré algún puntito más que en el choque anterior y eso hará que crezca. Acá es lo mismo. A Costa Rica le cuadra más toparse con Argentina y Colombia que hacerlo ante Belize o Cuba. Y ojo que no quiero desmerecer a las dos naciones de la Concacaf.
A propósito de Concacaf, me enerva saber que veremos a un México alterno. Tampoco aquí persigo a los jugadores porque entiendo que los futbolistas del Tri convocados por Luis Fernando Tena van a dar el alma en cada partido. Lo que me parece un mamarracho es lo de la Federación Mexicana al dar el sí a la participación de un certamen prestigioso pero plantando en el terreno un plantel que no ve a sus mejores exponentes en él.
¿Candidatos? Los de siempre. Se cruzan por el camino de los pensamientos rumbo al 24 de julio tres claros favoritos. En mi orden, Uruguay, Brasil y Argentina. Respecto del Mundial de Sudáfrica, los que menos han modificado sus planteles fueron los Charrúas y los Albicelestes. Brasil pegó el cimbronazo, padeció una renovación a partir de la aparición de Mano Menezes en la conducción táctica de la Verdeamarela. La sangre nueva tiene nombres como el de Paulo Henrique (Ganso para la mayoría), Neymar, Pato, Thiago Silva, Dani Alves (si bien hace tiempo forma parte de la selección, se consolidó como titular ganándole la pulseada a Maicón), etcétera. Brasil tiene equipo por donde se lo mire.
Uruguay, que acumula la misma cantidad de trofeos que Argentina (14), llega al terruño contiguo con un bloque sólido. El “Maestro” Oscar Washington Tabárez acopió un logro dificilísimo en el fútbol, que un once pueda esbozarse de memoria. Los imprevistos, lamentablemente, aparecen y salvo por lesiones uno se anima a dar de corrido a los celestes.
Argentina lleva el arma de doble filo por ser anfitrión. El actuar ante su público evidencia un apoyo que más allá de las fronteras no se posee. Existe un problema y es descifrar como lidiará el plantel con la presión de desafiarse a la obligación en un conjunto donde los “caudillos” no son su fuerte cuando se habla de pilares, de hombres con carácter. Tenemos contadas excepciones como Tévez y Messi. Argentina es una cosa pensando hacia delante y otra completamente distinta si se mira hacia atrás. Las dudas no se plantan en ofensiva y con la pelota en el poder, sí cuando toca el turno de defender.
Restan horas para bañarnos de fútbol. Ojalá seamos testigos de un buen nivel, de una Copa América inolvidable, con emociones y, por lo que más quieran, sin violencia, moneda corriente en mi tierra desde hace años, décadas.


Sunday, June 26, 2011

Testigo de la historia: descendió River


Tengo treinta y ocho años y crecí envuelvo en una rivalidad contra River. Crecí así por mi condición de Xeneize, de hincha de Boca, que navegó el fanatismo y que, en realidad, siempre me preocupé más por saber que a Boca le fuera bien y no deseando el mal de los de enfrente. Este domingo, en la piel del hincha, no pienso diferente.
Siguiendo con el traje del boquense, me invade una sensación extraña. Como mínimo inaudita. Padezco cierta desazón. River no jugará, al menos por un año, el Clásico contra nosotros. En el fútbol argentino, los bosteros, nos quedamos sin el partido esperado, sin la reunión imperdible, sin ese momento cultural imposible de explicar pero perfectamente entendible si uno posee la posibilidad de ser testigo del mismo.
Voy desde el periodista. River no descendió porque no ganó ningún partido luego de la caída con Boca en este Clausura que acaba de cerrarse. Lo de River viene de hace tiempo. No puedo embaucarme en la encrucijada de dialogar sobre los movimientos dirigenciales porque desconozco la vida del club. Hablo de lo que veo y lo que vengo percibiendo es lo mismo que ustedes. Terminar último en un torneo, la contratación de entrenadores que no lograron sacar a flote a planteles con jugadores profesionales que demostraron no estar a la altura de un grande como River Plate, subestimación a los contrarios, el sobrar las situaciones, la soberbia de creer que con dicho patrimonio alcanzaba. Y River no puede echarse en los laureles del conformismo porque la historia requiere que sea protagonista. En unos meses deberá pensar en ser protagonista de la B Nacional, torneo más difícil que el de la Pimera A.
River es partícipe del fútbol de Argentina donde el sistema del campeonato ayuda a interpretar que es mucho (pero realmente mucho) más fácil salvarse de descender que permanecer en la máxima categoría. Cuando se piensa en los campeonatos como los de Italia, España, Inglaterra, Alemania, Francia, por citar algunos de los más poderosos, saber que si uno tiene un año malo puede significar el pasaporte a actuar en la segunda división en un año. A River el sistema de Argentina le jugó a favor. Le dio tres años de oportunidades a los “Millos”.
Estamos transitando una pesadilla de la cual, probablemente, todos los amantes del fútbol queramos despertarnos. El inconveniente es que, en ocasiones, esas alucinaciones se dan cuando uno está despierto y no vencido por el sueño.
A mí no me surge el NO LO PUEDO CREER. No me nace porque como se venía dando todo era previsible que el descenso de River era factible, palpable… tan tangible que se hizo real.
Realmente es imposible para alguien que no es argentino entender como se vive el descenso de categoría futbolística en mi país. No crean, por favor, que los estoy tomando como limitados, para nada. Es la idiosincrasia, la naturaleza de nuestra manera de vivir. Se juega como se vive. Se vive con furia, se toma al fútbol con furia.
El fútbol es un reflejo de la sociedad y el domingo se ratificó esta hipótesis con los destrozos en el club, en el barrio y alrededores.
En lugar de solicitar la cabeza de Daniel Passarella quien tomó un club vacío, quebrado, desesperado, me encantaría oír la palabra de los técnicos que condujeron tácticamente a los planteles desde que comenzó la debacle. Estoy haciendo referencia a Diego Simeone, a Néstor Gorosito, a Leonardo Astrada, a Àngel Cappa. Que ellos den la cara, que ellos sean los que expongan los “por qué” de este deceso de uno de los clubes más importantes de Argentina y del mundo. Un club que siempre fue ejemplo. Un club que contó con los mejores jugadores de la historia en mi territorio.
River ya está en la B. Empezaremos a desprender temas como si habrá que descontarle puntos a River por los incidentes. Hubo equipos que arrancaron con -20 puntos por acciones menores al descalabro vivido en el Antonio V. Liberti.  ¿Volverán, con el descenso de River, los hinchas visitantes a los estadios de la B y de todo el fútbol de ascenso?
Fue la crónica de una muerte anunciada (con el permiso del señor García Márquez) aunque hace años que River venía jugando peor que la mayoría.
Lógicamente la A los vas a extrañar. La B los espera. Los espera un torneo apasionante que le abrió sus puertas a todos menos a Boca e Independiente (por ahora).

Monday, June 20, 2011

RiVergüenza

De ninguna forma es un desprestigio tener que afrontar la Promoción. Contrariamente a la sensación que viven los equipos de la “A”, imaginar y verse ante la obligación de luchar por la permanencia en la máxima categoría del fútbol de Argentina tiene que ser un incentivo. Un aliciente para creer que es posible escapar del descenso de categoría y de que sea el trampolín para un “nunca más”.
Obviamente que surgen los fantasmas, las inseguridades, los titubeos. No es sencillo convivir con la sensación de que, probablemente, la temporada venidera River no deba actuar –mayormente- los domingos; que sus adversarios ya no sean Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo, Vélez, Estudiantes, Lanús, etcétera. Este River está muy cercano al abismo. Un abismo que (insisto en esto) no es el caer en una categoría menor. Ese precipicio en el que está por hundirse River Plate es el del deterioro institucional y, como consecuencia, el futbolístico.
Por historia, River Plate ha sabido tener a los mejores jugadores del fútbol argentino. Eso es parte de la vida del club; algo reciente y añejo al mismo tiempo.
Es simple culpar a Daniel Passarella hoy cuando fueron los socios los que votaron la gestión anterior a la del Kaiser; no en una, sino en dos ocasiones. Fueron esos mismos socios de River los que apoyaron sesiones ridículas (de la cual ellos se quejaron) como las de Dávicce y Pintado. Ocurre en el ciento por ciento de los casos, que los buenos resultados deportivos tapan los huecos más transcendentales. Y si bien me refiero a cuestiones de público conocimiento en el ámbito “Millonario”, podemos demostrar un ejemplo simple que surgió desde el mismísimo campo de juego. Cuando arrancó el torneo Clausura 2011, River lo hizo con la fortuna acodada a su andar. Los resultados no le daban la espalda. Pero River jugaba, decididamente, mal. River desplegó un fútbol de bajísimo nivel a lo largo de 19 jornadas. ¿Se puede esperar más de este plantel? No. Claro que no. Respeto a Matías Almeyda por varios motivos, por sobre todas las cosas por su amor a River. Ya ni me sumerjo en pensar que es un tipo profesional, que sufre como ningún otro el presente del equipo del cual es hincha.
La aparición de Erik Lamela es un dato positivo que perdió fuerzas a partir de que intuyeron que su fútbol tendría el potencial de cargar al resto del plantel cuando lo normal es que el niño crezca rodeado de experimentados y él aportar su granito dentro de un grupo consolidado. River no está consolidado, es un rompecabezas desde hace tiempo. River hizo que Lamela creciera de golpe y a los golpes. River, probablemente, venda a Lamela ante la necesidad económica que atraviesa.
Apuesto al impulso de expresar que no voy a poner en tela de juicio el profesionalismo de los otros del grupo conducido por J.J López.
Hablando del DT, ¿queda claro que no está en condiciones de ser el técnico de River? Creyeron, por Núñez, que haber puesto a López a dirigir a River por primera vez justo en un Superclásico y que hayan ganado ese partido ante Boca Juniors, era un impulso suficiente para soñar con un porvenir fructífero. Error, yerro, equivocación, pifia. A Passarella hay que reconocerle que hizo algo poco común en el fútbol de hoy en día, haber mantenido el proceso de un entrenador y haberlo defendido a capa y espada.
River no tiene el sello del equipo ganador. Está bajo el tormento de un ambiente derrotista.
El enorme Amadeo Carrizo, voz autorizada si las hay, cargó las tintas sobre los jugadores y no optó por enfrascar a la dirigencia en la oxidación contemporánea. Son los futbolistas los que deciden y resuelven dentro de los límites del terreno. Vamos a dar el puntapié a la historia del huevo y la gallina (sin segundos pensamientos ni lecturas entrelíneas) aunque suene realmente irónico.
El miércoles en el Gigante del Barrio Alberdi, River comenzará a defender su posición. Belgrano de Córdoba estará del otro lado de la línea que separa el terreno a la mitad.
El más ganador de torneos locales en Argentina podría verse en la desavenencia de bajar.
Un cúmulo de situaciones llevaron a River a donde está hoy. Y aunque la AFA no quiera, podría llegar a ocurrir lo impensado.
Cierro con el título. Vergüenza es ver a River ahí. Vergüenza es que un ejemplo del fútbol del mundo esté en la baldosa en la que se posa. Vergüenza es que un club como River cosecha lo sembrado por incapaces que, por estas horas, en lugar de dar la cara, esconden sus cabezas como avestruces.