Barcelona y Real Madrid hicieron los deberes. Algunos creían, en la previa, que el partido del Merengue se presentaba más complicado que el de los blaugranas contra Getafe. Bastaba con revisar un poquito la historia reciente, tan solo un rato, sin perder demasiado tiempo. Allí hubieran notado que Real Madrid puede, solamente, mostrarle la camiseta al Atleti y tiene tres puntos asegurados. Es lo que reflejan los libros de la estadística desde hace once años. Sí, once años. Quizá el derby de Madrid sea uno de los más desparejos del mundo. Por ahí ha perdido gracia. Algunos hasta se atreven a intentar descalificarlo como clásico. Obvio que es un juego irónico ya que la historia se teje a lo largo del camino y no en un abrir y cerrar de ojos.
Atlético de Madrid llegó al descuento cerca del final por medio de Sergio Agüero e Iker Casillas, una de las figuras del conjunto de Mourinho no tuvo tapujos en reconocer que la igualdad hubiera hablado de un marcador lógico y verídico.
Karim Benzema dejó de ser una incertidumbre para transformarse en pilar fundamental de la estrategia de José Mourinho. Es que Karim no es goleador, es un jugador de fútbol con un talento escondido deseoso de despertar para no dormitar jamás. Además, anota goles. Estamos en presencia de la versión Lyon de Benzema en el fútbol de España, o sea, en un país donde el nivel general del campeonato está muy por encima de lo que se percibe del otro lado de la frontera en dirección Este.
Benzema hace los goles importantes. No está para el tercero o cuarto cuando ya el pleito está definido. Es responsable de abrir marcadores, de empatarlos, de poner a ganar a los blancos si la novela venía a contramano. Aplausos para Le Chat (el gato) que se recibió de león.
En Camp Nou hubo varias sensaciones. Así como Serrat expuso que el caminante se hace camino al andar, Barcelona se hace fútbol al andar. Vi a Getafe armar dos líneas delante de Jordi Codina. Los habituales cuatro del fondo, con Víctor Sánchez, Cata Díaz, Marcano y Miguel Torres y el restante escuadrón compuesto por Casquero, Borja, Arizmendi, Parejo, Manu del Moral, regalándole mayor libertad a Juan Ángel Albín. Pudieron contenerlo los madrileños a los catalanes... solo 17 minutos. Un rechazo de Cata Díaz que salió hacia el medio y Dani Alves apareció para tomar el balón de sobrepique y ponerlo pegado al palo de la mano izquierda del portero azulón. Fue entonces que se abrió el partido y comenzaron a rondar algunas oportunidades más para un Barça que no tuvo a Lio Messi en su mejor expresión, ni al más preciso de los Xavi (avocado al juego corto y no punzante como nos acostumbró), a un Villa desesperado por anotar después de varios partidos en los que se retiró seco y que, por momentos, Barcelona emana ese sabor a administrar las fuerzas. No ataco a Pep ni a los suyos. Es válido, está autorizado y no riñe con las malas costumbres y la fala de respeto. Si me pusiera en los zapatos de equis integrante del blaugrana actuaría así. Total, con lo que posee le alcanza. Leí titulares de la prensa y parte del periodismo, injustamente, aseveró que el Barça ganó pidiendo la hora. Eso es mala leche. Eso es intentar mentirle a la gente. Eso no es leal. A Barcelona le descontaron en el minuto 87 de partido. Fue un lindo cabezazo de Manu del Moral. Más tarde, ya en el descuento, Albín tuvo el empate pero midió mal y no logró rematar. Lo que ocurre es que anterior a esas gotitas getafenses, los locales podrían haber goleado y hubiera sido justo... extremadamente cabal.
Se emparenta a los culés con la perfección. No estoy seguro de que exista lo insuperable. De estar escondido en algún rincón del universo, este Barcelona es el único propietario de la llave de ingreso.
Todo sigue igual. Cada uno, como en el famoso juego del Don Pirulero, atiende su juego. Los cinco puntos de diferencia le sonríen a Barcelona y preocupan cada vez más al Real Madrid. Los tiempos tienen fecha de vencimiento para los de Chamartín.
Siguen mano a mano, cabeza a cabeza, partido a partido. Apasionante será, una vez más, la recta final de La Liga.
Recuerdo, Diego, la temporada 2008-2009, Ud. relataba un derby madrileño, pero no entre 1ro y 2do hermanos, si no entre 1ro y 3ro. Ud. relató el gol de Higuaín que le dio la victoria al Real Madrid 3-2 algo parecido a: "Higuaiin golazo... Ahora si lo sufre el azulón, ahora si lo sufre el azulgrana". Para mi, le pone más fuerza, impone más presencia, el Getafe(Aunque en aquel partido le faltó bomba sin dudas a Casquero, tiene culpa Ud., que no le dijo #metelebomba Casquero) al merengue, que el colchonero. Es un equipo que uno ve en plantilla que tiene para romperla, pero no lo hace, no es consistente, ¿qué le falta?
ReplyDeleteQuizás esté siendo muy duro con Karim, pero quiero verlo romperla en cuartos y en los clásicos que se vienen. Pero, claro, es imposible negar que benzema está en un estado de forma formidable, y que es este el Benzema por el que apostó el merengue.