La "rompe" fuera de la cancha también

No poseerá el lenguaje de un facultativo, aunque lo es. Es un catedrático del fútbol. Es un intelectual de la pelota. La trata mejor que cualquiera. Siquiera la daña cuando le pega con lo más potente de su físico, aunque ver a Lionel Messi entrarle fuerte a un balón es prácticamente imposible.
Leo tiene los pies sobre la tierra. El "Nene" (como se me dio por llamarlo a partir del partido versus Getafe, ignorando si algún colega ha empleado el término) se muestra auténtico, feliz, comprometido como siempre pero más libre -psicológicamente- porque percibe que dejó atrás los nubarrones de las deudas con el exigente, y muchas veces desagradecido, público argentino. Leo es la esperanza. Leo es el sucesor. Así como Brasil buscó desesperadamente al sucesor de Pelé, Argentina persigue el camino por el que Lionel puede guiarnos al cielo, del cual nos alejamos hace mucho tiempo.
Ahora no se debe entrar en la desesperación, hay que tolerar que desarrolle su magia. En todo caso deberíamos rezar por encontrar un arquero confiable (lo expreso desde el mayor de los respetos hacia los actuales y los potenciales convocados) y defensores de jerarquía, con "cara de malos", que puedan dar órdenes ganándose el respeto de sus compañeros; caudillos. Capitanes, con o sin cinta en el brazo, como lo supieron ser Pasarella, Ruggeri, Brown, Simón, "El Negro" Cáceres, hasta el desafortunado Roberto Ayala, desestimado y repudiado por una gran mayoría pero extrañado por todos en el presente.
Hasta el hartazgo vengo hablando de que en la Argentina nos olvidamos de fabricar laterales. Hay un ejemplo rápido: los zagueros titulares de la albiceleste en este momento, para Batista, son Nicolás Burdisso y Gabriel Milito; el primero actúa como lateral derecho en la Roma, escasamente se lo ve de primer central aunque es el puesto más placentero para él; y el segundo actúa muy esporádicamente. El lateral derecho es Javier Zanetti que no llegará al próximo Mundial, salvo un milagro de la naturaleza, y por la zurda Marcos Rojo, que vive de segundo central en el fútbol de Rusia.
Volviendo a Lionel, una sensación de ambigüedad es lo menos que puede nacerme cuando lo escucho declarar que caminando por New York notó lo lindo que es saberse un chico común en la calle, aunque más no sea por un rato.
El ser humano queda a un costado, como si lo único verdaderamente importante fuera el Leo jugador. Es feliz con su vida pero... los grandes también tienen "peros".
Leo intenta gambetear las comparaciones con Diego Maradona. ¿Existe la sabiduría para emparentarlos? Hoy y siempre, insistiré con mi postura. Como Maradona no hubo ni habrá, lo que no implica que Leo no sea un genio. Desde el vamos Leo fue creciendo a pasos agigantados y no tiene techo. Es imposible mantenerse a tan alto nivel durante años y Leo es la prueba fiel de la perseverancia por el reino de los alabados.
Voy cerrando porque son pasadas las 2:30am del sábado 26 de marzo, faltan algunas horas para el amistoso contra Estados Unidos en New Jersey, donde quise estar pero el trabajo (gracias a Dios) no me permitió ir. Ojalá sea una fiesta para la enorme cantidad de fanáticos que irán al nuevo Meadowlands Stadium. Que Argentina muestre lo mejor de su fútbol y los "gringos" también. Sendas escuadras son capaces.
Por último, basta con la sanata que nace desde el seleccionador Sergio Batista en cuanto a que busca que su Argentina haga el fútbol del Barcelona. Basta con el engaño porque no tiene el tiempo para trabajar a diario. También de eso habló Lionel. Se puede jugar como Barcelona como si los blaugranas hubieras descubierto un sistema táctico que data de la década del 80 del siglo pasado. El 4-3-3 no es nuevo, tiene sus años, sus guerras, sus vivencias. Ocurre que Pep Guardiola exprime aspectos de ese dibujo como la presión sobre la pelota de parte de dos hombres y el acoplamiento de los laterales de manera sistemática para invadir el área rival con seis hombres
Batista tiene la mitad del trayecto a su favor porque Lionel es argentino. Su obligación es exponer la capacidad que quienes lo confirmaron en el cargo creen que goza.
Irónico. Días atrás escuché a Pekerman decir que Del Bosque se basó en el estilo de juego del argentino para armar el plantel campeón del mundo en Sudáfrica, que había tomado como modelo lo que hacían las selecciones de José. ¿Será que en Brasil, por copiar un modelo español, recuperaremos la felicidad? Falta tiempo, una vida... ¡qué lindo sería!